La dulce samurái del snow

Queralt Castellet desprende dulzura. A través de la pantalla y en las distancias cortas. La maga de Sabadell (32 años) por fin tiene colgada de su cuello una medalla olímpica, la conseguida en Pekín en snowboard halfpipe. Esa que completa y cierra el círculo perfecto y le coloca directamente en el podio español de los Juegos Olímpicos de Invierno. Primera plata, segunda medalla femenina, quinta en total. Sólo Paquito Fernández Ochoa está por delante. La menuda y sonriente deportista catalana esconde tras su aparente fragilidad corporal un poder mental a prueba de desgracias, sucesos y pensamientos negativos.

 'Keep calm and carry on' (mantén la calma y ve hacia adelante) reza uno de los mantras de los samuráis. La idea es que la claridad de ideas es imprescindible para tomar las decisiones correctas sin improvisar con la mirada puesta en el horizonte. Esto quedó plasmado en el Bushido (camino del guerrero), el estricto código ético que los regía con base en siete principios: integridad, respeto, valor, honor, compasión, honestidad y lealtad. Queralt cumple a la perfección con todos ellos. Y añade otro: un trabajo incansable para alcanzar sus objetivos. Así ha escrito su historia, luchando prácticamente sola por un sueño que ha logrado hacer realidad. Castellet es pionera, mito y ejemplo.