¡Eso es penalti!
VAR+Rulli+Madera. In that order, que diría el renacido Bale, esas son las tres razones de mayor peso por las que el líder no regresó de Vila-real con tres puntos que mereció con creces. El Madrid firmó un segundo tiempo digno de su condición de máximo favorito al título, pero hay días en los que no hay manera de embocarla. Ni siquiera Bale, que ajustó cuentas con todos los que llevamos tiempo alejados de su Club de Fans. El galés sacó su cañón zurdo a pasear y sembró el pánico con sus torpedos, que no derribaron el Submarino Amarillo porque Gero Rulli cumplió esa máxima habitual en los últimos tiempos: “El Madrid hace internacional a todos los porteros con los que se enfrenta”. Pese a los dos puntos perdidos en La Cerámica, las sensaciones son buenas para la gran batalla del martes en París, a la que ya se unirán Benzema y Mendy, dispuestos a cantar La Marsellesa al equipo de los tres tenores (Mbappé-Messi-Neymar). Jugando así diez partidos, ganas nueve. Por eso, Ancelotti no debe hacerse sangre en su centenario liguero como entrenador del Madrid. El equipo sigue líder y depende de sí mismo para hacerse con el título (el Sevilla del irreductible Lopetegui está a cuatro puntos). Hay Liga, cierto, pero jugando así la afición madridista puede dormir tranquila de aquí a mayo.
Vaya arbitraje. La actuación de Sánchez Martínez, en el césped, y de Iglesias Villanueva, en el VAR, es para hacérselo mirar. El lorquino, en el campo, y el gallego, en la sala de las pantallitas, decidieron de nuevo mirar para otro lado. Algo gravísimo cuando está una Liga en juego. La acción de Albiol con Vinicius no admite lugar a la duda. El brasileño aprovecha el exceso de confianza del central de Villamarchante, que tira de su retrovisor particular para meterle con el codo en el cuello y derribarle. Penalti de la Feria del Libro, penalti de campo, penalti de VAR, penalti de catálogo. Utilicen la acepción semántica que quieran. Es penalti. Para colmo, Sánchez Martínez le regaña a Albiol por su acción, torpeza con la que el colegiado reconoce su negligencia al no aplicar el Reglamento. Además, Albiol merecía amarilla e incluso roja, si la acción se considera agresión. Inaudito que la jugada no tuviese peaje disciplinario. Después hubo otra acción, el pisotón e Asensio a Iborra, que también era roja para el balear. Y a Foyth le perdonaron la segunda amarilla antes del descanso. Y a Parejo le salió gratis un manotazo intencionado a la cara de Vini sobre la frontal del área. Vaya tardecita tuvieron los trencillas, como se les llamaba antes...
La tarde de Bale. Ancelotti soltó el bombazo dos horas antes del partido al anunciar el once: ¡Bale titular 168 días después! Pues debo reconocer que el de Cardiff hizo, quizás por jugarse cerca del famoso té de las 5, un gran partido en ataque. El galés, que está calentando motores para el Gales-Austria de repesca del Mundial (24 de marzo), fue una pesadilla para la zaga de la tropa de Emery. Pero Rulli estuvo on fire y el travesaño disfrutó de su día de gloria. El infortunio también juega, porque hasta el bueno de Jovic mereció el gol de la gloria con su vaselina sobre el argentino. Encima, Aurier sacó sobre la línea de gol el 0-1 de Nacho...
San Valentín. El Madrid viaja el lunes a París, la ciudad del amor, el Día de San Valentín. El madridismo sigue fiel a su equipo y un gran resultado aumentará los lazos sentimentales de un equipo que sigue soñando con una Liga y una Champions que supondrían un espaldarazo para el proyecto de Ancelotti. Todo es posible. Real Madrid, te amo.