Un Real Madrid a la carrera está siempre cómodo
Caminos opuestos. Madrid y Athletic llegan a la final de Supercopa en Riad tras recorrer caminos muy diferentes en sus respectivas semifinales. Vimos un Clásico apasionante, abierto y con alternativas, donde los de Ancelotti hicieron gala una vez más de lo eficaces y letales que son cuando les conceden espacio para correr, y un duelo entre rojiblancos donde apenas pasó nada hasta el gol de Joao Felix, para así ver a los leones pisar el acelerador y hacer gala del extraordinario balón parado que tienen.
Bloque alto. El guion de la final pienso que, salvo sorpresa, está bastante dibujado. Marcelino no suele negociar el hecho de ir a buscar a los rivales en campo contrario, mucho más si se trata de un conjunto como lo es el Real Madrid, que acomete muchos riesgos en esta situación y que quiere progresar a través del balón. Esta será una de las grandes claves del partido, lo capaces y precisos que sean los blancos para superar líneas de presión para, a partir de ahí, lanzar a correr a Vinicius, Benzema y compañía, ya que el Athletic adelanta mucho el bloque en la búsqueda del botín de robar cerca de Courtois.
Evitar errores. Dicha presión la ejercen desde un 1-4-4-2 en rombo como punto de partida para, una vez hecho un pase hacia el costado, intentar ahogar al poseedor hacia este mismo y evitar que les giren el juego. Un Madrid sin muchas pérdidas será un Madrid con muchas posibilidades de levantar el trofeo.
Posesión de balón. También se puede repetir en algunos tramos el escenario que dibujó el Cholo Simeone sin éxito en la semifinal: ofrecerle la posesión a los de Bilbao, forzar el error y correr, algo que se dio también en las semifinales contra el Barça. Al Atleti no le funcionó, ya que estuvieron demasiado contemplativos y los de Marcelino apenas tuvieron errores en la circulación.
Armas bilbaínas. También habrá que vigilar la velocidad de Iñaki y de Nico (si es de la partida) en los tramos de dominio blanco que puedan llevar al Athletic a defender cerca de Unai. Me sorprendería que fuese por iniciativa propia el hecho de defender en bloque bajo, porque lo han hecho poco o nada esta temporada. Pero visto el peligro que tienen los de Carletto en transición, cabe la posibilidad. Por último y no menos importante está el balón parado. Muniain las está poniendo con música para hombres como Íñigo, Yeray y compañía, aunque el Madrid también es muy peligroso en este apartado.