"No hay Carrusel tranquilo para el Barça"
El Getafe le puso cierta luz a LaLiga con su victoria sobre el Real Madrid, indiscutido líder del campeonato, y tras esa estela se fue un Barça diezmado a disputar con el Mallorca la posibilidad de seguir respirando en aguas turbulentas. Lo salvó un futbolista en peligro, Luuk de Jong, y luego vino Ter Stegen, al que Lluis Flaquer devolvió a su antigua calidad de portero infalible, a salvar lo que hubiera sido, otra vez, un desastre azulgrana.
La gasolina del Barça dura lo que dura, así que, en la segunda parte, después del solitario gol del holandés errante, Jordi Marti hizo una declaración de principios que se corresponde con el momento de grave peligro constante que cada semana marca sus jornadas de competición. Dijo Jordi: "No hay Carrusel tranquilo para el Barça".
Y no lo hay. Como si fuera un maleficio que persigue al equipo de Xavi, la progresiva depauperación de la plantilla se junta con la desgracia pandémica, que ha dejado en la enfermería a algunos de los más sólidos puntales del momento, así que Carrusel retransmite la pobreza, pero también la ilusión y sus posibilidades. Jóvenes que por primera vez afrontan una competición de élite están encargados en el campo de lo que hace algunos años estaba al cargo de algunos internacionales de mucho empaque.
Pero no todo está perdido. Fue una buena victoria, aunque al final se ahogara el equipo, como suele suceder en los carruseles de esta temporada, pero ahí estuvo Ter Stegen explicando que él es, con Piqué, el guardián de las esencias que espera Xavi para levantar al equipo a la altura que ahora parece inalcanzable.