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España nada en un pozo

La natación remató este diciembre su intensa actividad en la atípica temporada 2021, que aumentó debido a la recuperación de los eventos aplazados por la pandemia. El equipo español ha tenido que afrontar cuatro campeonatos: dos en piscina larga, los Europeos de Budapest y los Juegos de Tokio, y otros dos en corta, los Europeos de Kazán y los recientes Mundiales de Abu Dabi. Estos últimos han dejado un sabor amargo en el cierre del curso, sin ningún español finalista, algo que no pasaba en esta competición desde 2002, hace 19 años. España ha logrado sólo tres medallas en la suma de los cuatro eventos, las tres en el mismo torneo, los Europeos de larga, y las tres a cargo del mismo deportista, Hugo González, que se colgó un oro, una plata y un bronce... Y ahí acabó la cosa.

Los precedentes de Hugo empujaron a pensar que podría subirse al podio de Tokio, pero la Selección regresó de los Juegos sin presencia en el medallero, y con tres finalistas: un cuarto puesto de la abanderada Mireia Belmonte, que volvió a dar la cara a pesar de no pasar por su mejor momento; un sexto de Hugo, que supo a poco por las expectativas creadas, y un octavo de Nicolás García, que ilusiona para el futuro con sus 19 años. Hugo y Nico, por cierto, se entrenan en Estados Unidos. En conjunto no es un buen balance para la natación española, estancada en la dependencia de Mireia. Desde 2017, cuando la badalonesa empezó a flojear, sólo Jessica Vall, ya veterana; Joanllu Pons y el propio Hugo han logrado podios internacionales. Conviene recordar también que en los inicios de Mireia había otros nadadores que acompañaban con éxitos: Melani Costa, Aschwin Wildeboer, Rafa Muñoz, Duane da Rocha… El nivel general ha bajado. Ante este oscuro panorama, la Federación busca actualmente un técnico de prestigio que ayude a salir de este pozo. Falta hace.