Los falsos Robin Hood del fútbol
Aquellos que como yo pensaban que la política está fuera del fútbol ya pueden abrir los ojos. El Mundial bienal, como la Superliga a nivel de clubes, reduce todo a lo más banal: una batalla entre ricos y pobres. Los ricos quieren ser más ricos y los pobres, menos pobres. El mensaje de Infantino tiene fundamento y entra por los oídos, pero está plagado de falsa humildad. Al tiempo que dice que los ingresos deben democratizarse se echa a los brazos de países de dudosa libertad. Mientras comenta que a los jóvenes ya no les interesa el fútbol les receta un Senegal-Costa Rica cada dos años.
No anda tampoco escaso de escrúpulos su homólogo en la UEFA, Alexsander Ceferin, que ante la amenaza de tener que repartir la gallina de los huevos de oro apela a la excluyente grandilocuencia del Viejo Continente, olvidándose así de los que compiten contra él. Es decir, el discurso anti Superliga pero dado la vuelta. A él se le une la CONMEBOL como un amigo gafotas. Hay amenaza de plante y de crear una Súper Nations League con Europa más Argentina y Brasil. Estamos ante una Guerra Fría. Un choque de bloques. Y entre medias hay varios que se creen Robin Hood sin serlo...