Linares, de Kasparov a Xavi
En sus múltiples denominaciones, el Linares, como todo el fútbol en la provincia de Jaén en términos generales, ha vivido golpeado por un problema económico endémico, que le ha impedido alargar sus tiempos de oro. El del Linares estuvo en los 80, cuando jugó cuatro temporadas consecutivas en Segunda y estuvo a punto de conseguirlo otra vez en la temporada 1988-89. Seis mil hinchas viajaron al Calderón, pero el Atlético Madrileño le robó el sueño a un equipo que lideraba Toledano, delantero de postín que dio tardes de gloria en Linarejos hasta que saltó al Málaga para jugar en Primera. Entre 2006 y 2008 estuvo a punto de regresar a categoría profesional, pero no lo consiguió y, en vez de darle continuidad, el club cerró en 2009.
Así es el fútbol y la vida en Linares, una cuestión de supervivencia. Pero es una plaza de tradición futbolera (dicen que se empezó a jugar prontísimo gracias a los mineros) y con un estadio que tiene mística. Linarejos huele a fútbol y, si la pandemia lo permite, va a estallar con la visita del Barça, que el año pasado ya tuvo una experiencia casi al límite en Cornellà, cuando se vio obligado a llegar a una prórroga para cerrar el partido.
Si algo debe tener claro el Barça desde ya, es que en Linarejos no le van a regalar el partido. Si no se lo toma como es debido, puede salir como el Alavés de Linares, plaza culta que durante años fue referencia mundial por organizar el torneo de grandes maestros del ajedrez. Por allí pasaron, y ganaron, Karpov, Spasski, Ivanchuk, Kasparov. En enero de 2022, Linares saludará a Xavi, que todavía no tiene la condición de gran maestro del banquillo, pero que anda en ello. Si quiere el título, no puede permitirse tropiezos ruidosos. En Linarejos empezará la defensa del título del Barça. Y no podría jurarse que será una noche fácil.