Declarado el estado de preocupación
Sí, estoy preocupado. Para qué lo voy a negar. El descalabro sufrido en el Benito Villamarín contra el Betis me ha dejado muy mal cuerpo. No lo veía venir, no te voy a engañar. Pero es que nadie lo veía venir. Ni los del Betis. A mí que no me vengan con pamplinas. Que no nos vendan este 4-0 como una exhibición porque si la exhibición del equipo de Manuel Pellegrini es esto, tienen un serio problema. Sí, ya sé que van terceros con 33 puntos. Yo también sé mirar la clasificación. Sinceramente, esta vez, y sin que sirva de precedente y sin restar ningún mérito al equipo verdiblanco, creo que perdió más el partido la Real que ganarlo el Betis. Es que al descanso nadie podía pensar que el partido acabaría en goleada. ¡Si hasta merecía ir ganando la Real! Pero estaba perdiendo, por otro regalo imposible de entender de Alex Remiro.
No es cuestión de cargar ahora las tintas sobre el portero de Cascante. Aunque necesita un reseteo. No digo que se vaya al banquillo, sino que debe volver a lo que hacía a principio de temporada: Pasar desapercibido. Siempre que lo ha hecho, ¡qué bien nos ha venido! Cuando ha salido en la foto, no nos ha ido tan bien. Puede ser injusto, pero cuando algo funciona… ¡no lo toques! Remiro es nuestro portero, aunque no es de salir en grandes titulares. Es más bien de labor oscura, un portero de esos que llaman sobrios. Y así le va muy bien, que no lo olvide. De esa manera ha logrado este dato: ¿sabías que Remiro es el segundo portero en la historia de la Real que ha recibido menos goles en sus 100 primeros partidos como realista? Pues eso, que Remiro es lo del Villamarín, pero también esto otro.
Volvamos a lo de la preocupación. No es por la goleada sufrida en Sevilla. Eso se pasa. Espero que pronto, ya me entendéis. Estoy más preocupado por la dinámica. Y no hablo de resultados solo, que también influye, claro. Porque si llegamos a venir de ganar tres partidos y te caen cuatro en casa del Betis, por mucho que duela, no estaría hablando ahora de todo esto. Me preocupa que la Real Sociedad haya perdido su consistencia defensiva, que sea menos brillante en las áreas y que haya caído un poco en su carácter competitivo. El patrón se repite en los tres últimos partidos de liga. Contra el Real Madrid y el Betis caída en picado tres el descanso. Y en Cornellà frente al Espanyol, doloroso apagón después del espectáculo bochornoso de Mateu Lahoz. Y eso no puede pasar. La Real no se puede ir así de los partidos. Porque echas por tierra todos los buenos argumentos que has demostrado durante los minutos anteriores.
Aunque no os lo creáis, los datos fríos del partido del Villamarín dicen que la Real mereció ganar. Eso significa que hizo muchas cosas bien. Muchas. Pero perdió 4-0. Y eso solo quiere decir que dio demasiadas facilidades cuando el rival le golpeó. Muchas. Porque aparte del regalo de Remiro. No olvidemos los errores defensivos en cadena del 2-0. Y también los del 3-0. En apenas 20 minutos se tiró por la borda el partido. Pero es que contra el Real Madrid pasó lo mismo. Y cuando un patrón negativo se repite, yo tiendo a preocuparme. Ahora se entiende mejor la dinámica que arrastra el equipo de Imanol Alguacil. No ganamos en Liga desde el 7 de noviembre. Y desde ese día tampoco metemos un gol en liga. El dato preocupa. Las sensaciones preocupan. Declarado el estado de preocupación. Aunque tampoco nos alarmemos. Lo bueno de todo esto es que el fallo lo tenemos detectado. Así que se trata de meterle mano. Porque cuando la Real ha perdido consistencia defensiva, han aparecido los problemas y han caído los resultados. Además, esta semana recuperamos a David Silva y Mikel Merino, que ya sé que todos son importantes, pero unos más que otros, no me lo negaréis. Oye, y a pesar del bajón, seguimos en puestos europeos. Así que sí, no lo niego, estoy preocupado, pero también soy optimista. No es momento de dudar de estos jugadores. Ni del entrenador. Es momento de confiar, aunque estemos preocupados. "Te animaré cuando menos lo merezcas, porque será cuando más lo necesites". Pues eso, no os bajéis del barco ahora, no vayáis a arrepentiros en el futuro.