¿Es Pacheta el entrenador ideal para el Real Valladolid?

Ya han transcurrido 19 jornadas de la Segunda División española o de la Liga SmartBank, como se denomina ahora, casi la mitad del campeonato, porque exactamente quedarían 23 jornadas para finalizar la temporada regular, sin contar los partidos del playoff de ascenso a Primera División. Es hora de reflexionar y evaluar al entrenador, a Pacheta, en su primer tramo de competición al frente del Real Valladolid. Ya no cuenta con el consenso de una afición que le recibió con los brazos abiertos y se creyó su discurso a pies juntillas. No olvidan que pasó con el anterior entrenador, cuando entró en una dinámica negativa de resultados y desde el club no tomaron la decisión de cambiar al técnico, la consecuencia fue el descenso del equipo.

El equipo de Pacheta hace un fútbol atractivo para el espectador eso es evidente, y lo vemos todos; pero de nada sirve que el Pucela juegue en ataque mucho mejor que el oponente, que lo hace la mayoría de las veces... si, por contra, cada llegada del equipo rival es un drama en la defensa del Real Valladolid sobre todo en los partidos lejos del José Zorrilla. Un equipo serio cuyo objetivo es el ascenso a la categoría de oro del fútbol español debe ser fuerte y contundente comenzando desde su defensa, encajando pocos goles y siendo dominador tanto de la área propia como de la contraria. El equipo funciona muy bien del centro del campo hacia delante, pero no tan bien del centro del campo hacia detrás y eso es responsabilidad del entrenador.

La Segunda División es un pozo, un agujero negro, un infierno como lo calificó en su momento el Atlético de Madrid, cuando militó en esta categoría. De nada sirve jugar un fútbol atractivo, vistoso y alegre; si esta temporada no se logra el deseado ascenso a Primera División. Nadie recordará gloriosos partidos frente a rivales de la Liga SmartBank cuando hayan pasado 10 años. Esta categoría es donde prima siempre el resultado por encima del juego, porque los equipos lo único que desean es salir del pozo cuanto antes y aquí ni se gana con la historia, la camiseta, el escudo, con un buen discurso en sala de prensa... Se logran objetivos concediendo muy poco en defensa, siendo muy ordenado en todas las líneas y muy eficaz de cara a portería en cada partido.

Pacheta quería entrenar en Primera División esta temporada y como ningún equipo confió en él aceptó la propuesta del Real Valladolid para tratar de subir a esta categoría con el club blanquivioleta. Su filosofía de juego atractivo, vistoso y ofensivo está más acorde con esta categoría; pero ahora está en Segunda y las reglas son otras. Cada vez me recuerda más a la temporada de Luis César Sampedro. Un entrenador con una filosofía de juego de ataque y fútbol ofensivo, pero donde el equipo era una verbena en defensa y todos sabemos como acabó esa temporada. El Pucela ascendió, pero con otro inquilino en el banquillo, Sergio González, que lo primero que hizo fue hacer fuerte al equipo desde atrás y que no fuera un coladero en defensa. En Segunda División funciona mejor ser un equipo sólido, pragmático y ordenado en el terreno de juego tanto en casa como fuera de casa.

Después del incidente en el día de ayer del internacional ecuatoriano Gonzalo Plata, segundo máximo goleador del equipo y fundamental en el esquema del entrenador, veremos cual es la postura de Ronaldo y de Pacheta. ¿Puede el entrenador burgalés prescindir de un futbolista básico y determinante en su esquema? ¿Tiene autoridad moral Ronaldo Nazario para sancionar a su futbolista cuando como jugador él mismo se vió envuelto, presuntamente, en episodios similares? ¿Cómo afectará este suceso al equipo que tiene que enfrentarse este domingo al Real Oviedo en el José Zorrilla? Vicente Cantatore, Mendilibar y Djukic están en el corazón de la afición del Real Valladolid porque consiguieron objetivos deportivos o incluso superaron las expectativas, no porque se vendían bien en las ruedas de prensa, donde se echa en falta un poco más de autocrítica cuando no se hacen bien las cosas. El ascenso para el Pucela es una obligación no una opción y aunque queda mucho campeonato, el equipo debe ser mucho más regular sobre todo en los partidos fuera de casa, ya sea con este entrenador o con otro en el banquillo.