Lopetegui afirma sin despeinarse que desconoce que Messi haya ganado el Balón de Oro. Me recordó a Luis Enrique, cuando hace poco dijo aquello de que no consume prensa, radio ni televisión, pese a lo que, milagrosamente, estaba informadísimo de la erupción del volcán de La Palma. Julen y Lucho coinciden en algo: son guardianes del juego colectivo. Para ellos ningún jugador es tan bueno como un equipo entero. Pero la verdad es que Guardiola, por ejemplo, ha ganado más y mejor con Messi que sin él.

Hay que ver lo que cambia el cuento cuando uno es seleccionador o es entrenador de club. Lopetegui, ahora en el banquillo del Sevilla, reniega del Balón de Oro. Pero cuando era seleccionador de España votó a Messi para el 'The Best'. Después cerró su elección con Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. Así consta en la hemeroteca. Pero no todo es incoherencia. En esa misma edición, Julen Lopetegui votó a Luis Enrique como mejor entrenador por delante de Zidane (que esa misma temporada y las dos siguientes ganó tres Champions consecutivas) y de Simeone.

La 'bilbaínada' de Lopetegui, que me perdonará la maldad por ser él guipuzcoano, choca con la naturalidad de Ancelotti, que no sólo se enteró del Balón de Oro de Messi sino que además observó a seis jugadores del Madrid, con Benzema a la cabeza, con más méritos que el argentino. Uno diría que ni tanto ni tan calvo. Pero, puestos en sus zapatos, en los de ambos, entiendo que para todo hay una razón.

Lo que me queda de lo que han dicho los unos y los otros es más profundo: me queda la sensación de que hay entrenadores, como Ancelotti, que fían sus éxitos o sus fracasos a la calidad de sus jugadores, y otros, como Lopetegui, que lo hacen a la capacidad de los entrenadores para sacar el máximo partido a sus plantillas. Puede que ambos tengan razón. Pero lo que tenemos más reciente es que llega Vinicius y, con una genialidad, echa abajo el trabajo táctico de un 'equipo de autor' en menos que canta un gallo.