Vinicius: Balón de Oro 2022
Un genio anda suelto.- Cuando la desesperación por la falta de tiempo se apoderaba del Bernabéu y cuando Lopetegui atrincheraba a su equipo en torno a Bono para cerrar un punto que para ellos era un puntazo, emergió ese genio con botas forjado en su Río natal. Un alma libre, un chaval sin límites, sin complejos, feliz con un balón en los pies, que se desliza en el campo con la velocidad de un Fórmula 1 y que ahora define con la clarividencia de los elegidos. Se limpió a Ocampos con un control de pecho orientado, dejó con el molde a Montiel y soltó el derechazo de su vida para limpiar la escuadra de la portería del Sevilla, que se rendía al asedio con un gol solo al alcance de un futuro Balón de Oro. Si las lesiones le respetan, lo será en 2022. A la votación de este año (en la noche de este lunes se conocerá al ganador de 2021) ha llegado tarde, pero hay que exigir a los compañeros de France Football que se disculpen con el chico por no haberle metido ni siquiera entre los 30 finalistas. Vini lleva tiempo rompiéndola y avisando del tsunami que se viene con su talento desatado. Ya lleva nueve goles y le va a disputar el Pichichi de esta Liga a su amigo Karim (que lleva 11). Vini está suelto. Ábranle paso...
Sabiduría ‘carlottiana’.- Un hombre sabio habló en el Corriere dello Sport. Se llama Carlo y se apellida Ancelotti. “Si fuera por mí, me quedaría aquí de por vida. No existe un sitio mejor para el fútbol y para vivir. No creo en el ‘guardiolismo’ ni el ‘sarrismo’. Creo en la identidad del equipo”. Este hombre es mi ídolo. De mayor quiero ser como él. El italiano ha resucitado la alegría en el Bernabéu, que sigue de fiesta. Su revival está siendo un exitazo en taquilla. Por cierto, de Vini dijo la gran verdad que explica el actual éxito del brasileño: "Vinicius tiene una moto bajo los pies... ¿Cómo no vamos a apostar en ocasiones por el contragolpe?".
Grande Tibu.- Los grandes equipos se construyen como los buenos edificios: desde los cimientos. En fútbol eso se llama portería. Y tenemos al mejor del Mundo, aunque los iluminados del The Best lo han dejado fuera de los cinco candidatos al galardón del año. Courtois hizo dos paradas soberbias, una para evitar el 0-2 y otra para frustrar el empate final. Tibu ha prolongado la tradición de grandes porteros del Madrid que alimentaron Casillas y Keylor Navas. El gigante de Bree es único.
Sainz, ‘El Matador’.- Nuestro Carlos Sainz Cenamor, madrileño y madridista hasta la médula, se paseó durante toda la mañana con sus coches ‘puedelotodo’ que me recuerdan a Casemiro. Poderosos, fiables, soportando todo tipo de dificultades y nunca te dejan tirado. Carlos se paseó triunfal junto a la Cibeles, esa Diosa del madridismo a la que todos veneramos y a la que esta temporada le debemos varias visitas tras ausentarnos la temporada pasada (por causas ajenas a nuestra voluntad: VAR).
Y Feliciano, ‘El Vikingo’.- Y horas después, pasadas las ocho de la tarde, otro madridista ilustre nos puso de pie y muy emocionados. Feliciano López, excelso con su saque y volea descomunal que no baja de poderío pese a sus 40 años, tumbó a Rublev y permitió soñar a la afición española en la Copa Davis, que la sentimos como nuestra igual que los madridistas sentimos la Champions. Feliciano y Carlos Sainz, dos imponentes embajadores blancos.
Va por vosotros.- El súper liderato está en buenas manos. Este triunfo épico va por Garci, el presidente de la Peña Calceatense (Santo Domingo de la Calzada) y va por Javi, del Bar ‘Más que tapas’ de Andorra (Teruel), y su hijo Raúl (le puso ese nombre por quién ustedes imaginan), ambos más blancos que la leche entera. El madridismo militante sigue feliz. Mucho.