Inyección de moral rojiblanca
Corría el minuto 55 cuando un centro maravilloso de Carrasco era aprovechado por el mejor jugador rojiblanco, Lemar, para poner por delante a los suyos. El gol provocó un tsunami de sensaciones a dos equipos que en los primeros 45 minutos no habían disipado las dudas que traían de su partido anterior. La primera de ellas a un Cholo que caía en el banquillo como si se le hubiese bajado la tensión; la segunda al equipo amarillo que perdió la intensidad y el rigor táctico; y la tercera: la liberación de los rojiblancos, que realizaron 35 minutos brillantes, con un fútbol rápido y preciso.
Pocas veces un gol cambiaba exageradamente unos estados de ánimo. Aparte de la pegada y del talento de los rojiblancos, donde una vez más se demostró que Lemar al ciento por ciento es diferencial, me gustaría destacar a Cunha, futbolista que oposita a tener mayor protagonismo. A su buen juego de espalda, sus desmarques en profundidad, habría que sumarle la presión que ejerce en los defensas. Partido de inyección de autoestima para los jugadores, y gratificante para el “guionista Simeone” que veía como su movimiento táctico por la derecha le daba mucha rentabilidad. La suma de De Paul de 5, Koke de tercer central en la elaboración, Lemar por dentro, y Llorente bien alto, en su posición natural, le dio como resultado una gran película.
