Los colores dicen más que mil palabras

Esta quinta jornada de Champions está cargada de emoción. Nuestros cinco equipos lo tienen de diferentes colores. Y es que como dijo el escritor turco Orhan Pamuk: "Los colores no pueden comprenderse, se sienten". El Real Madrid ve la vida de color de rosa, y sobre todo tras jugar contra el Granada. A pesar de que siempre hagan algún ridículo en la fase de grupos, al final consiguen pasar. Ahora va primero con 9 puntos, quién lo diría cuando perdió contra el Sheriff. Solo les queda enfrentarse a los de Transnistria y en la última jornada al Inter. Les sobra con ganar al Sheriff para pasar pero eso sí, quedar primeros de grupo dependerá del resultado entre Inter y el Shakhtar y, de ganar los italianos, el liderato se decidirá entre Madrid e Inter en la última jornada. Yo más que rosa lo veo Drunk-tank pink, un rosa que evoca tranquilidad y que en Estados Unidos se usa en las prisiones para calmar a los reclusos.

El Villarreal y el Barcelona lo ven bastante claro, pero ojo porque si mezclamos un color claro con otro oscuro se nos puede ensombrecer. El Barça, al ganar al Dinamo de Kiev se le aclaró el marronazo que tenía al perder estrepitosamente frente al Benfica y Bayern. Así que, visto lo de Xavi con ese intento de revolución este finde en el derbi, ojalá venzan a los portugueses y si el Bayern hace lo que se supone que tiene que hacer contra el Dinamo, pues se clasificarán.

El Villarreal es más de amarillo pero no ese amarillo que a todos da mala suerte, sino un amarillo Gingerline, muy brillante que a ellos les da energía para no dejar de creer. Va segundo pero empatado a puntos con el United (líder) contra quien juega hoy. Aquí el asunto está un poquito más oscuro porque tienen que ganar a los ingleses y la Atalanta debe perder contra el Young Boys y estas dos combinaciones están difuminadas. Pero si le pintan la cara al United solo necesitarían puntuar en la última jornada para pasar.

Pasamos a los tonos negros que todos sabemos lo que representan: oscuridad y miedo. Pero en este caso es un negro regaliz que es el más clarito de todos porque si el Atlético mañana gana a un Milan descolorido, no dejando que les pongan la cara roja como el día del Valencia y Klopp vence al Oporto, dependerían de sí mismos en la última jornada. Los de Lopetegui, lo tienen negro Vantablack, que es el negro más profundo que existe. Hay quienes consideran que las cosas pintadas con este tono son como agujeros negros donde no quieres caer. Los andaluces son últimos de un grupo apretadito. Hoy solo les vale ganar al Wolfsburgo. Si consiguen los tres puntos dependerán de ellos, si no, estarán en manos del Lille.

El fútbol, como un gran lienzo, es cuestión de gusto y sensibilidad. Es donde caben todos los colores que combinados crean matices únicos para hacernos disfrutar de una experiencia intensa. Como dijo Picasso: "Los colores, al igual que las facciones, cambian con las emociones". Y como digo yo: "El fútbol sin color, no es de este mundo".