Xavi rescata la pasión de jugar
Resucitado de un hospital en el que el Barça superó con dificultad varias agonías, el equipo que ha heredado Xavi, aun convaleciente y con cuatro titulares en su poblada enfermería, afrontó un desafío impetuoso: el que lo enfrentaba a su eterno rival local, envalentonado por algunas figuras (RDT sobre todo) que son amenazas reales, no de boquilla, para un equipo que tiene tantas lesiones en el cuerpo y en el alma.
En la primera parte, este equipo diezmado, animado por una afición que dobló recientes asistencias muy desvaídas, se ocupó de sí mismo con una pasión inédita, la pasión de jugar. Un penalti discutido (la primera impresión, incluso del gran Iturralde, fue de que hubo pisotón blanquiazul) proporcionó una victoria azulgrana a la que un Español envalentonado por las dudas locales pudo darle la vuelta varias veces.
El Barça afrontó la embestida con la duda metódica que lo acompaña cuando sale de los hospitales. Fueron al final la fe y algunas paradas de Ter Stegen las que taparon la portería para mantener a cero en unos 45 minutos en que los agoreros dieron por muerto a Xavi en su primer día.
Xavi salió herido pero ileso, y el Barça culminó la jornada pidiendo milagros. Hay que celebrar el milagro, y hay que advertir que cuando un equipo sale de la Uvi el adversario no le va con paños calientes. El adversario estuvo también en el banquillo de los comentaristas.