Alves convocó incluso más gente que Xavi

La presentación de Alves (en chanclas, como cuando llegó en su día de principiante y bien que se ocupó en recalcarlo), fue un acto feliz que convocó incluso a más gente que la del mismísimo Xavi unos cuantos días antes. El propio club, que lleva la contabilidad con precisión porque se acude con entrada (gratis) previamente retirada y se contabiliza la asistencia en los tornos, dio el dato: Alves ganó a Xavi por 10.378 a 9.422. Luego, el todavía jugador estuvo espléndido en su intervención, agradando mucho a ese gentío deseoso de recuperar ilusiones. Y dijo algo que no puede pasar inadvertido: que se puso tan pesado para venir que Laporta acabó convenciendo a Xavi.

Algún tufillo raro me deja todo esto detrás del cual ya acabaremos viendo qué es lo que hay. A Laporta nunca le entusiasmó la idea de Xavi, que figuraba en el programa de uno de sus oponentes, Víctor Font. Cayó en él empujado por una ola arrebatada que le avasalló. Prácticamente, puede decirse que el último barcelonista en convencerse de que había que recurrir inexorablemente a Xavi fue Laporta. Eso no fue óbice, cortapisa ni impedimento para que festejara folklóricamente su presentación. Pero han pasado pocos días para que sepamos que el primer fichaje, Dani Alves, viene de la mano de Laporta, y tras insistirle tanto que por fin convenció a Xavi.

El caso es que ya está ahí, y por lo que vemos con más que agradecer a Laporta que a Xavi. Así colocan de toda la vida de Dios los presidentes sus gargantas profundas en las plantillas. Por otra parte, no podrá jugar hasta enero, con lo que estará ausente en los primeros días expectantes del proyecto Xavi. Con todo, a pesar de sus 38 años, creo que puede ser un jugador válido para este Barça. Más que de lateral, donde le faltará velocidad, como interior de ida y vuelta, en la función en la que Frenkie de Jong se nos ha quedado corto. Otra cosa es el manejo que Laporta quiera hacer de su presencia en la plantilla, que debería ser exactamente ninguno.