Lo que aguante la espalda de Bordalás

Fue sentarse Simeone en el banquillo del Atlético y el Valencia sacarse un billete en primera fila para la montaña rusa en la que habita. Era enero de 2012 y Emery cumplía su cuarto año por Mestalla, que acabó siendo el último en gran medida por aquella semifinal de Europa League que le ganó el Cholo. Unai, de hecho, ya intuyó tras el 4-2 de la ida que su ciclo había acabado, porque así se lo decían los rostros de directivos y aficionados abandonando el Calderón.

En el tiempo que lleva Simeone dando felicidad a los suyos, por Mestalla pasó Emery, Pellegrino, Voro (seis veces), Valverde, Djukic, Nico Estévez, Pizzi, Nuno, Neville, Ayestaran, Prandelli, Marcelino, Celades, Gracia y Bordalás. Visto así, es un milagro que en cuatro de esos diez años el Valencia llegara a la Champions. Y a dos de los tres que lo obraron (Unai, Nuno y Marcelino), los echó Lim. Así, desde el 7 de enero de 2012 el Cholo suma 780 puntos, el Valencia 555.

Si la retahíla de entrenadores es larga, la lista de presidentes y empleados con mando que han conocido Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo la deja pequeña. La crisis del Valencia es desde 2019 estructural, sin precedentes en lo social. Sus gestores le han llevado a la mediocridad y se ve e influye en el devenir del equipo. Por ello, salvo que Lim despierte o venda, un club con 102 años de historia depende como nunca de lo que aguante la espalda de una sola persona: Bordalás.