Gol del Barça, gol de Ansu Fati, otro más. Es llamativa la facilidad para el gol que tiene este muchacho, al que no le pesa el 10 como tampoco le pesan su larga inactividad ni el caos ambiental del club durante todo el tiempo que faltó. Al final del partido habló en la tele con la misma serena claridad con que juega y marca. Este gol suyo en Kiev recoloca al Barça en el grupo. Sólo ha hecho dos goles en cuatro partidos, ambos ante el Dinamo, pero suponen 6 puntos con los cuales todo se despeja. Ahora el Barça depende de sí mismo. Será vital, claro, la visita del Benfica (que lleva 4 puntos) al Camp Nou el próximo día 23. Más allá queda el intratable Bayern.

El Barça saca la cabeza del agua y recupera a Dembélé, que por fin regresó. Un poco alborotado, pero con un aire sano, vista su velocidad. Una buena noticia para el ataque, que tan corto ha andado de elementos estos dos meses. Pero frente a las buenas noticias están las que no lo son tanto: las pérdidas de balón en el medio campo, la falta de firmeza atrás… El Dinamo es poca cosa, desperdició ocasiones, pero las tuvo. Ter Stegen tuvo que lucirse y ya en el descuento Zabarnyi falló un gol cantado al llegar completamente solo al remate de un córner. Un descuido que le tuvo que poner al bueno de Sergi Barjuan los pelos como escarpias.

Por cierto, que está cubriendo su interinidad con un aire sereno que me llama la atención. Todo está pendiente de Xavi, pero mientras viene o no viene hay que sacar los partidos y eso le toca a un hombre al que no se le tiene más en cuenta que a alguien al que se deja el abrigo para que te lo sostenga un rato. No es airoso ese papel, pero él lo lleva con dignidad profesional. Y ya veremos cuánto se prolonga, porque Laporta se muestra renuente a acudir a Doha a pedir que liberen a Xavi. Suena, una vez más, a que no está tan convencido sobre Xavi como lo está todo su entorno, o no hasta el punto de molestarse en hacer ese gesto de pleitesía.