Real crecimiento en el Wanda

Os decía ayer que la Real Sociedad había ido a jugar al Wanda Metropolitano. Creo que ya lo avisé. Pero corría el riesgo de que mis palabras se las llevara el tiempo. No me equivoqué. Se confirmó mi presentimiento. El equipo de Imanol Alguacil no fue de farol y demostró su enorme crecimiento para disputar partidos de este calibre, en los que quizá no hace falta sacar a relucir su estilo de juego tan protagonista con el balón. Porque para instalarse entre la aristocracia de LaLiga, la clave es dominar diferentes registros sin que eso signifique que traiciones tus principios, que son siempre la base de lo que quieres hacer. Eso es lo que me pareció que hizo la Real contra el Atlético de Madrid, adaptándose a lo que iba a demandar el partido, incluso, desde antes de que empezara.

Porque no solo fueron a jugar los jugadores, también el cuerpo técnico txuri-urdin. Si el Cholo Simeone es capaz de influir en el partido con sus esquemas y sus cambios, como si estuviera jugando una partida de ajedrez; también Imanol estudia a sus rivales y trata de jugar al gato y al ratón. Y eso es otro síntoma de crecimiento desde el banquillo, de madurez, de saber gestionar tus piezas para sacarle el mejor rendimiento. Seguro que Imanol le ha dado mil vueltas a cómo paliar el déficit de no tener un lateral izquierdo natural. Todos sospechábamos que apostaría por cambiar de banda a Gorosabel y veíamos más complicado la alternativa de los tres centrales. Pues hizo un mix y se quedó tan ancho. Nos volvió locos a todos, pero sobre todo al Atlético. Y la primera parte me pareció para enmarcar. Jugó a ser el Atlético contra el Atlético. Le dio el balón, se cerró bien en defensa, pero no se olvidó de la portería rival, con latigazos como el del gol de Sorloth. La jugada es para poner en las escuelas de fútbol. Desde la presión tras pérdida, el robo y la contra jugando a un toque.

Pero sobre todo me gustó su capacidad para competir y para saber sufrir. Esta Real ya no se amedrenta ante nada, no se empequeñece ante escenarios grandes y que intentan intimidarte. Tiene personalidad. Fíjense sino en la reacción que tuvo tras el 2–2 de Luis Suárez. Portu tuvo una buena ocasión para hacer el tercero. Me gusta esta Real. Me gusta su espíritu. Me gusta que nadie se excuse en las bajas y se confíe en los que quedan sanos. Porque dan la talla. Y me gusta a pesar de que también tengo la sensación de que en la segunda parte perdió un poco sus señas de identidad, y ahí puede estar la clave de no ser capaz de aguantar la jugosa ventaja que logró con el 0-2 de Isak.

No puedo evitar pensar en que se dejó escapar una oportunidad de oro para ganar de nuevo al Atlético en su campo. Pero es que hasta eso me gusta. Porque no hace tanto íbamos allí sabiendo que volveríamos de vacío. Tener ese inconformismo es también un síntoma de crecimiento. Porque en el Wanda la Real mostró al mundo su crecimiento real. Jugando a otra cosa, los donostiarras supieron competir, marcar, jugar y casi ganar. Valoren todo esto porque es muy difícil de conseguir. Y no crean que es fácil aguantar un 0-2 en el Wanda, porque el Atlético te empuja, te apabulla y te llega a abrumar. La Real aguantó de pie, y no le falto tanto para ganar. Y como solo podía quedar uno, por aquello del ‘Juego del calamar’; volvió lider a Donostia. Que sí, que hemos venido a jugar. Tiemblen todos.

PD: No puedo evitar dar mi opinión sobre el penalti de Merino a Luis Suárez con una pregunta: ¿si esa acción la hace alguien de tu equipo a otro delantero también te parecería tan claro el penalti? Imagino la respuesta, así que te digo que yo no hubiera pitado penalti nunca. El contacto es insuficiente como para que el atacante uruguayo se quedara en el suelo como si le hubieran matado. Y encima es que ya había rematado, por lo que no incluye directamente en la jugada. Tan poco claro era que hasta el árbitro ni lo había pitado. Pero la cámara lenta lo aguanta todo. Y eso es lo que no me gusta del VAR, que sí es para acciones muy claras, ésta no lo era y no creo que fuera como para que actuaran desde la sala VOR diciendo al colegiado que fuera a verla. Pero no me hagan mucho caso, es solo una opinión.