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Otro Clásico en el infierno

El Barça dio una conferencia sobre su realidad en el Clásico. Puso voluntad y empeño, pero no le alcanzó. El fracaso de alguno de sus jugadores fue mayúsculo. Algunos, como el de Mingueza, pueden ser comprensibles. Es un chico de la cantera y da hasta donde llega. El de Frenkie de Jong, sin embargo,un jugador que costó 86 millones de euros, resultó inaudito. Él mismo se hizo pequeño en el partido. Cómo lo vería Koeman, que casi lo tiene como una extensión suya en el campo, para sustituirlo.

También decepcionó Memphis, a quien siempre se le echa de menos una marcha más. En los últimos nueve partidos sólo ha marcado dos goles de penalti. No tuvo ni el coraje para hacer falta sobre Alaba cuando le robó la cartera y se fue con el alma hacia arriba a hacer el gol del partido. Memphis fue uno de los villanos del Clásico. El Barça fue débil en el área y cometió, además, un error de personalidad y pragmatismo. Incapaz de trenzar jugadas de peligro con asociaciones, debió recurrir antes a los centros del área, donde el Madrid concedió remates de Piqué o Agüero y tampoco se sentía especialmente seguro. La imagen del partido fue la del 0-2. Cinco o seis jugadores azulgrana en el área del Madrid convirtieron una jugada de gol en un lío, y el Madrid, en dos pases, sentenció. No conviene, no obstante, ser apocalíptico. El Barça está en un interesante proceso de aceptación de la realidad y, seguramente, ahora sí haya terminado de bajar a los infiernos. Puede que los brotes verdes no tarden tanto en llegar.