Todavía faltan ocho meses y medio para su salida desde Dinamarca, el país de uno de sus campeones más controvertidos, Bjarne Riis, el mismo que frenó el reinado de Miguel Indurain en 1996, pero el recorrido del Tour de Francia 2022 ya ha comenzado a generar expectación desde el día de su presentación. El acto, celebrado ayer en París, dejó un buen regusto entre los aficionados, porque la propuesta de la Grande Boucle pasa por un trazado variopinto, con oportunidades para todos los perfiles ciclistas. El pálpito es que habrá varios Tours en un mismo Tour, que finalmente coronará a un campeón completo, redondo, que habrá tenido que sortear numerosos obstáculos, más allá de las tradicionales etapas de gran montaña en Alpes y Pirineos, que también las habrá, y de medio centenar de kilómetros de contrarreloj, las distancias de moda. Antes de producirse las grandes batallas en estos terrenos, el pelotón deberá lidiar con jornadas de amenazante viento, con una etapa de pavés, con media montaña, con finales envenenados más propicios para clasicómanos...

Los favoritos, Tadej Pogacar y Primoz Roglic, ya han demostrado que se adaptan a todo, que también son competitivos en Monumentos. Hay ganas, muchas, de ver a ambos en su máximo esplendor. Pogacar derrumbó a Roglic en una cronoescalada fatal en 2020, pero una caída de este último fulminó el duelo y la revancha en 2021. Hay la sensación de que sólo Primoz puede frenar la poderosa pegada de Tadej. O quizá un equipo, el Ineos, armado con Egan Bernal y todo su arsenal. El recorrido, sin embargo, mira más allá de la general. Quiere otras peleas en otros escenarios. Por ejemplo, entre Van de Poel, Van Aert y Alaphilippe, a los que Christian Prudhomme ha comparado con Djokovic, Nadal y Federer. Un Big Three del espectáculo que combatirá en otro Tour dentro del Tour.