LA MAGIA DEL TENIS

No olvides la rotación cuando juegues una derecha en tenis

Ten muy en cuenta la gran importancia que entraña rotar el tronco a la hora de golpear con tu drive en una pista de tenis.

Si tenemos que elegir un golpe con el que nos sentimos seguros y con el que tratamos de jugar con mayor frecuencia en el tenis, la mayoría de nosotros va a elegir la derecha. Obviamente, siempre hay excepciones y también podemos encontrar jugadores a nivel amateur que se sientan más seguros por el lado de revés, pero no es lo habitual.

A pesar de que la derecha pueda ser tu golpe de mayor garantía, es normal que, en muchas ocasiones, olvides un detalle fundamental para que sea óptima: aprovechar la rotación de nuestro cuerpo. De esta forma, vamos a lograr que nuestros tiros de drive sean mucho más efectivos. A continuación, vemos las principales ventajas de efectuar la derecha rotando adecuadamente.

Más potencia

Cuando aprovechamos la fuerza de giro de nuestro cuerpo, estamos transmitiendo esa energía a la pelota en el momento del impacto. De esta manera, vamos a lograr que nuestra derecha corra bastante, completando el movimiento natural de este golpe sin gestos bruscos y aumentando asimismo la precisión de nuestro tiro.

Menor riesgo de lesión

Es muy habitual, sobre todo a nivel amateur, encontrar jugadores que, a la hora de jugar con la derecha, ejecutan el movimiento con el cuerpo completamente de frente a la red. No se giran un ápice, no rotan el tronco, sino que tiran sólo de brazo para llevar a cabo su drive. Ello implica un sobreesfuerzo de esta extremidad, porque tiene que generar toda la fuerza que se pierde al no rotar el cuerpo. A la larga, esto genera problemas en el hombro, en el codo y en la muñeca.

Más estético, menos estático

Una derecha efectuada con su correspondiente rotación del cuerpo es mucho más agradable a la vista que una en la que golpeamos completamente de frente. Dar un paso hacia delante e ir a por la bola nos ayuda mucho a girarnos bien, a adelantar nuestro pie del lado no dominante y a girar bien el tronco en la ejecución. Sin embargo, cuando golpeamos sin girarnos nada es porque nos hemos quedado completamente quietos, esperando la pelota, o también porque no hemos tenido tiempo de reacción ante un disparo potente de nuestro rival. En cualquier caso, tampoco es cuestión de girar completamente la cadera y ponerse en perpendicular con la red, sino en hacer una rotación moderada y natural que nos facilite el golpe.

El cansancio

Puede suceder también que, conforme va avanzando el partido y nuestra energía va decayendo, nos cuesta más trabajo movernos con frescura y empezamos a golpear sin girarnos. En ese momento, nos vamos a percatar de que no podemos dirigir correctamente nuestros golpes y que la velocidad de bola va a disminuir de forma notable. Por eso, es importante que dosifiquemos el esfuerzo, sobre todo, si prevemos un encuentro reñido y de mucho desgaste.

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