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Triunfo de puerta grande para Luis Enrique

Presumía Luis Enrique en la víspera de que hasta ahora su equipo estaba entre los cuatro mejores de Europa, puesto que fue semifinalista de la Eurocopa y lo era ahora de la Liga de Naciones. Desde ya puede presumir de algo más: de haberle pintado la cara a domicilio a una Italia venida a más, flamante campeona de la Eurocopa, invicta durante 37 partidos, récord mundial. A ese equipo le ganó bien España, con un partido al que el resultado final, 1-2, no hizo justicia. Salvo en los primeros diez minutos, en los que Italia apretó mucho y creó dudas a los nuestros, el resto del tiempo el grupo de Luis Enrique fue dueño del balón y del partido.

El equipo empezó a salir por la banda de Marcos Alonso, cuyo juego relajado, científico y preciso abrió brecha por su banda. Por allí llegaron los dos goles, ambos antes del descanso, ambos nacidos en él, ambos con pase perfecto de Oyarzabal desde la izquierda (en el segundo Sarabia intervino entre Marcos y el realista) y remate de Ferran Torres llegando de atrás. He aquí un jugador con sentido del gol, nacido extremo pero convertido en delantero centro retrasado, oportuno para la carrera al vacío y certero en el remate, con la cabeza o con el pie. Va contabilizando goles, ofreciéndose como remedio a un déficit que parecía tener este equipo.

Poco antes del descanso fue expulsado Bonucci con dos tarjetas por melón. La segunda mitad fue plácida, sólo complicada por un cante a la vuelta de un córner a favor que dio lugar al 1-2. Pero quien rozaba el gol era España. Yeremy Pino les puso dos a Oyarzabal y Marcos Alonso, que no entraron de milagro. Yeremy había entrado tras el descanso y tuvo un debut sensacional. Pero casi más impresionó Gavi, que salió de inicio, batiendo el récord de precocidad de Zubieta. Bueno, recio e increíblemente cuajado para su edad. Me pareció jugador para todo el tiempo, para todo el campo, para todos los campos. También en esto acertó Luis Enrique.