Hagan caso a Luis Enrique

Luis Enrique tiene razón. No lo duden. Y sabe más de fútbol que la mayoría. Otra vez se elevó para imponer un planteamiento ganador que descosió a una selección que no perdía desde hace muchísimo tiempo. Tiene la pésima costumbre para Mancini de sorprenderle. Como en las semifinales de la Eurocopa, donde solo las áreas condenaron a España, fue una exhibición táctica del seleccionador y un recital técnico y posicional de los jugadores. Luis Enrique apostó por Marcos Alonso y Gavi, estableció una especie de 1-4-4-2 en rombo y ordenó atacar la profundidad a Ferran, Sarabia y Oyarzabal. La ubicación de Sarabia entre líneas, a la espalda de la medular italiana y fuera del radar de acción de Bonucci y Bastoni, resultó determinante en el éxito español. Siempre estaba liberado, mientras que su movilidad descompensó cualquier intento italiano de atarle en corto. Las rupturas de Oyarzabal de dentro a fuera y la conexión singular de Ferran en el área, alejándose siempre del marcador que estaba a su vigilancia, engrandecieron el protocolo de actuación en ataque.

A excepción de algunos errores en la salida ante la agresiva presión de Italia y la concesión negligente del gol de Pellegrini, España estuvo brillante. Fue un equipo de izquierdas, donde Koke se lateralizó para sujetar a la perfección y Marcos Alonso estiró haciendo perder las referencias defensivas a Italia. España transmitió personalidad, fluidez en el juego e ideas claras. En ese contexto quedó acreditada, una vez más, la vigencia de Busquets. Es el mejor centrocampista si hay orden posicional y el equipo se junta con la posesión. De Gavi, poco que decir. Ya habla él en el campo. Llegó a todos los sitios, demostró carácter y no dudó nunca. Como Yeremy Pino cuando salió. Luis Enrique lo sabía. Es un hombre de convicciones, virtud nada menor en estos momentos. No hay mejor entrenador que el que no se traiciona a sí mismo.

La clave.

La posición de Sarabia entre líneas desfigura a Italia. Está absolutamente solo. Carga el área y deja de primeras para Oyarzabal en el estupendo gol de Ferran (0-2). Luis Enrique acertó de pleno.