NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

A Mbappé le agobian los ultras del PSG

Del adelanto de la entrevista de Mbappé con ‘RMC Sport’ impresiona un pasaje: “Da miedo cuando tu presidente dice: ‘nunca saldrás libre’. Cuando escuché eso, me atraganté. Yo estaba como, entonces, ¿qué va a pasar aquí? Por eso no quise reaccionar en caliente, porque cuando escucho eso, me digo: ¡oula!”. Me hizo recordar lo que me llegó no hace mucho de una fuente interna del club: Mbappé tiene miedo a los ultras del PSG. Eso es lo que más incómodo le hace estar allí, y no me extraña. Francia está, en el asunto de los ultras, cerca de la Argentina de los peores años, cuando los clubes les utilizaban para amenazar a jugadores renuentes a renovar.

De la misma fuente me llegó que, para salir de allí con buenas caras, Mbappé tenía para entonces (hablo de hace un mes, aproximadamente) un plan que ofrecerle al PSG: renovar, sí, pero con una cláusula liberatoria de 80 millones para el Madrid. Con eso el club tendría una compensación por su salida, justo de la cuantía que aún le resta por pagar al Mónaco. Pero visto otro tramo adelantado de la entrevista, pienso que eso debe de ser ya página superada. La relación es ya tan mala que desmiente la versión que el club hizo circular sobre los cuándos y los cómos de su propuesta de salida. Él da una bien distinta, y a mi modo de ver, bastante más creíble.

Tampoco la llegada de Messi ha podido hacerle feliz. Y tampoco podemos dejar aparte los comentarios que le cazaron sobre Neymar, por más que digamos que eso es frecuente en fútbol. Lo es, pero no delata una atmósfera limpia. Es conocido que aquí Zidane se quejó de que Figo no le pasaba la pelota. A los galácticos no les gusta compartir gloria en su plantilla. Funcionan mejor cuando van de uno en uno, indiscutibles, como lo han sido Cristiano y Messi tantos años en el Madrid y el Barça. A eso aspira Mbappé, que en el Madrid sería la perla de una nueva época, y en el PSG discute la corona con dos. Y en un ambiente asfixiante, con los ultras en el cogote.