'Superligazo' del Sheriff en el Bernabéu
Transnistria se hizo grande en una noche oscura de septiembre, esas en las que juegan los gigantes de Europa y los pequeños miran. En la remota región entre Moldavia y Ucrania se intercambiaron esta vez los papeles. Los grandes fueron ellos, los hinchas del Sheriff, los que reclaman un territorio no reconocido que su equipo ha terminado de situar en el mapa, aquellos que disfrutaron en la distancia de la gesta de los suyos en el Bernabéu. En su debut en la Champions escribieron una hazaña para la historia del fútbol.
El golazo de Thill retumbó en el Bernabéu y en todo el planeta. Más de una hora había resistido hasta entonces el muro de Athanasiadis, el portero griego al que solo Benzema, de penalti, logró batir. Jakhshibaev sí lo había conseguido en el primer tiempo ante Courtois tras un centro magistral de Cristiano. Cualquier desenlace que no fuera una remontada europea del Madrid no entraba dentro de la lógica. Mucho menos el tanto que dio una victoria inolvidable al Sheriff. Europa entró en ebullición.
En tiempos de Superliga, de poderosos en busca de más dinero y débiles en busca de supervivencia, el conjunto moldavo dibujó una historia imposible, una de esas que el fútbol reserva para momentos puntuales y conjuntos desconocidos. Como el Sheriff y el día que pisó por primera vez el Bernabéu. Inolvidable día. Recordatorio también de que el fútbol es grande -y se ha hecho grande- gracias a épicas irrepetibles como esta...