Otra semana de intrigas en Can Barça
Pulso. La semana empezó en Barcelona con Koeman, supuestamente, jugándose el puesto contra el Granada. El Barça no sólo no ganó ese partido. Tampoco fue capaz de sacar el partido contra el Cádiz. Sin embargo, Koeman sigue en el cargo y se ha permitido el desahogo de desafiar al presidente preparando un comunicado a su espalda. Un detalle seguramente feo, pero que le ha permitido mantener el estatus. Más allá del cansancio que transmitió ayer en algunas respuestas, Koeman ha mantenido alto el pulso. Tal vez porque estuvo con las peñas en Palos de la Frontera y saludando a viejos amigos como José María del Nido en Conil, Laporta ha bajado el tono. O tal vez sea porque sigue dándole vueltas a la situación...
Estructural. La carrera por sustituir a Koeman ha quedado, salvo sorpresa, en un mano a mano entre Xavi y Robert Martínez. Sin embargo, el escenario tiene peculiaridades porque nadie del Barça ha llamado aún al legendario dorsal seis, que espera ilusionado en Qatar porque se siente preparado. A Laporta le pueden empujar los acontecimientos. A él no le va a suponer un problema que le digan que con el fichaje de Xavi ha comprado el programa electoral de Víctor Font. Ni siquiera que declarase hace pocos meses que la situación actual del Barça requería de alguien con más "experiencia". Puede escudarse en que su obligación era proteger a Koeman. Sin más. El problema de Laporta es que no tiene claro si Xavi, o Robert Martínez, representan el entrenador de proyecto que ansía, porque el gran sueño de su segunda lesgislatura es recuperar a Guardiola, por más que parezca imposible. Ya lo intentó en verano y, por un momento, pensó que era posible. Eso le dejó cierta esperanza.
Efecto Ansu. Así que Laporta también escucha con atención a aquellos que le susurran que Koeman es el mal menor de un año que no arreglará un nuevo entrenador; que el holandés le va a dejar hechos a Araújo, Pedri, Nico, Gavi y Balde; y que el año que viene, cuando otra remesa de veteranos se marche, será el momento de empezar una nueva ilusión. Si lo que quisiera es ganar tiempo, le llega una buena noticia. Vuelve Ansu. El Barça le ha dado el dorsal diez, toda una declaración de intenciones que también tendrá un precio cuando Laporta se siente con Mendes para renovar el contrato de este futbolista ilusionante que va a necesitar una espalda muy ancha para echarse encima este rascacielos que, cada cierto tiempo, parece el 13 Rue del Percebe.