Benzema, Balón de Oro

Pasen y vean.- El Madrid de Ancelotti se ha convertido en un libro abierto y en una fiesta del gol. Después de dos ligas curradas y basadas en el equilibrio defensivo para competir, el italiano ha rescatado la verticalidad, el vértigo y el fuego a discreción. Media docena al Mallorca, para llegar a los 21 en solo seis jornadas. Más de tres goles de promedio, lo que no veíamos por estos lares desde los tiempos de la BBC, con Cristiano en plan revientaredes. Fue una noche maravillosa de todos en una goleada coral, pero con dos nombres propios que se merecen un apartado para ellos: Asensio y Benzema. El balear se encumbró ante sus paisanos y dio la razón a Carletto, que en la víspera aclaró que los suplentes deben estar enfadados y que no los quiere contentos. Que hablen en el campo, para resumirlo mejor. Y eso hizo Marco, con un hat-trick reivindicativo e imperial. Ancelotti le ha reubicado en su verdadera posición y ahí desata Marco su talento de fino estilista. Más competencia para una medular majestuosa en la que Camavinga, en su primera titularidad, volvió a meterse al Bernabéu en el bolsillo. El zapato de Cenicienta le ha sentado de lujo al joven franco-angoleño.

Don Karim.- A Benzema hay que dirigirse de usted. Se lo ha ganado. Lleva tres años para enmarcar. En 2021 ha abierto el tarro de todas sus esencias futbolísticas, a las que anoche añadió una espaldinha mágica (controló la pelota con su número 9), que le permitió autohabilitarse para marcar se segundo gol de la festiva velada. Karim está a nivel de un dignísimo Balón de Oro. Solo veo a Lewandowski optando de verdad a disputárselo. Sería un acto de justicia poética. Premiemos al arte por encima de las frías estadísticas. Pero es que encima lleva 8 goles y 6 asistencias. Números de Messi y Cristiano en sus buenos tiempos. Este Benzema se merece todo.

Toca reflexionar.- Solo un ‘pero’ entre tanta felicidad. Un partido disputado con los primeros dientes del otoño ya echados no puede jugarse a las 10 de la noche. Ni madridistas ni bermellones merecen un horario que espanta a los críos de los estadios y de las propias televisiones en sus casas. El mago que pone estos horarios debe saber que los niños, el futuro que alimenta este voluminoso negocio, se acuestan pronto para levantarse a las siete de la mañana para poder llegar a clase con un mínimo de descanso que les permita atender al profesor de turno sin quedarse dormidos. Moraleja: o das con un padre condescendiente y forofoide que anteponga el fútbol a los estudios y aun así permita al peque ver el partido hasta el final o el crío aguanta como mucho hasta el descanso antes de que sus padres le manden a la cama. Eso genera frustración y hasta rechazo. La Play o el Fortnite no les impone horarios after. Ojalá pronto se imponga la cordura para que se anteponga el cuidado de las futuras generaciones de futboleros por encima de la inmediatez ventajista del business. La autocrítica enriquece. Los niños merecían haber visto la exhibición de Karim y Asensio en las gradas del Bernabéu...

Tiki-taki y las pelotas.- En 48 horas hemos visto, a través de sus entrenadores, las vidas tan cambiadas que llevan madridistas y culés. Koeman, que ya hace comunicados en vez de comparecencias de Prensa, dijo el lunes que su Barça ya no puede hacer ‘tiki-taki’. El estilo ya es negociable. Ancelotti, al contrario, valoró que su Madrid es un equipo “que tiene pelotas”. Eso es conocer el ADN de este club y buscar el compromiso de una plantilla que se ha aferrado a la sabiduría del maestro de Reggiolo. Con Carletto, el Madrid está en muy buenas manos. Me lo dice mi amigo Manolo Mestre, de la Peña Eurodís de Picanya, y los vikingos de La Pedraja de Portillo. Qué noche más feliz.