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Pacheta aumenta las dudas

El Real Valladolid sumó su tercera derrota consecutiva ante el Girona. Las señales, las sensaciones, no fueron tan preocupantes como tras el duelo ante el Tenerife, porque tácticamente se vio un equipo más ordenado defensivamente, pero sí que llama la atención que las dudas se van acrecentando de la mano de un Pacheta que usó tres formaciones diferentes en el encuentro y no terminó de convecer, ni de sacar resultado, con ninguna de ellas. Y uno se pregunta. ¿A qué quiere jugar el míster? Siempre dijo que quería ser ofensivo, tener el balón, pero ¿cómo? ¿Quiere que sus jugadores se asocien o quiere salir a la contra? ¿Quiere jugar por dentro y por eso puebla la zona central o llegar por fuera con laterales largos o fijos? ¿Quiere poner balones por dentro o desde la línea de fondo? Todas esas preguntas no somos capaces de contestarla desde fuera todavía y sólo espero que dentro sí lo sepan.

Mejoró el equipo a nivel defensivo del Real Valladolid, sobre todo, en las ayudas, a fuerza de pasar mediado el primer tiempo de un 5-3-2 a un 5-4-1. Entonces el equipo se sintió cómodo defendiendo, pero atacó poco o nada. Mejoró un tanto en el inicio de la segunda parte, generando ocasiones, pero entonces llegó la jugada del penalti y todo cambió. Un penalti, por cierto, que sólo vio el trencilla y que mantiene a los pucelanos como el equipo que más penas máximas recibe de la categoría. Y es que tampoco tiene suerte el equipo con las decisiones arbitrales. Todavía no le ha beneficiado ni una.

Total, que el equipo "favorito", el conjunto que tenía que marcar el camino en Segunda ha perdido la mitad de sus partidos hasta ahora y lleva 307 minutos sin marcar un gol. Y no es mala suerte. No. Las razones hay que buscarlas en que no termina de generar muchas ocasiones, los delanteros se ven aislados, solos, y parecen islas entre los centrales rivales y si encima es Weissman ante dos torres como Juanpe y Bernardo, las posibilidades de éxito se reducen. Dice Pacheta que la culpa es suya. Lógico, le honra, siendo el entrenador. Y que hay que trabajar. Obvio. Pero con estas dos aseveraciones no se va a cambiar la dinámica. Hay que encontrar, de verdad, la formación y los jugadores que mejor le vengan al equipo y empezar a ganar partidos. Lo demás es humo. Evidentemente.