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LA PIZARRA TÁCTICA

La contradicción del Madrid

MADRID, SPAIN - SEPTEMBER 12: Karim Benzema of Real Madrid celebrates with Federico Valverde of Real Madrid after scoring their team's first goal during the La Liga Santander match between Real Madrid CF and RC Celta de Vigo at Estadio Santiago Bernabeu o
Denis DoyleGetty Images

Hechizado por la vuelta al Bernabéu, el Madrid se destapó como hacía tiempo que no se le veía. El festival ofensivo de los de Ancelotti apartó sus dudas recientes de las últimas temporadas en este registro del juego. En medio de la locura que fue el partido, el Madrid se entregó a la clarividencia de Modric, el guante de Miguel Gutiérrez, el cambio de ritmo de Vinicius y la relevancia principal de Benzema. Fue un equipo que encontró soluciones naturales a los problemas que en otra época exhibía en sus ataques posicionales. Tuvo desborde, profundidad y presencia en el área. Era normal que juntara hasta cinco o seis jugadores en zona de remate. Valverde estiró con sus rupturas, Vinicius picó al espacio la espalda de Hugo Mallo y Benzema construyó y finalizó. Todo tuvo sentido en la construcción blanca, potenciada también por un Celta que se le ha caído a Coudet en estos primeros partidos del curso. En encuentros abiertos no se le gana al Madrid.

La exuberancia ofensiva de los de Ancelotti contrastó con una flaqueza defensiva que ya es reiterativa. No sorprende, y eso es un gran contratiempo. El Madrid aflojó sus líneas, no compensó los movimientos de los compañeros y se desinteresó demasiadas veces en las vigilancias. No se puede individualizar en las figuras defensivas. A Casemiro se le vio desbordado, como a Nacho o Miguel Gutiérrez, pero la estructura tuvo la culpa. El Madrid se agujereó por todos los lados, incapaz de contener a Aspas o Mina o frenar las acometidas de Hugo Mallo. No es de recibo que cada pérdida o presión desajustada suponga una transición en la que el balance no tenga la disposición para corregir. Nacho y Militao tuvieron que salir a destiempo en situaciones en las que no tenían ventaja. Y ninguno es Ramos o Varane en los duelos. El Madrid se mueve entre contradicciones. Si antes defendía bien y atacaba de forma censurable, ahora es al revés. Le queda para ser un equipo pleno.

El lado débil

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Valverde asalta el área del Celta y da una salida natural para el centro desde el otro lado. Es un movimiento necesario, le llegue o no el balón. En este caso, conectan con él y su descarga provoca el 1-1 de Benzema. La maniobra es notable.