Los chicos de 'Carletto' se exhiben
El parón de selecciones es asumido por los clubes como la visita al dentista. Fastidia y molesta, pero no te queda otra. Lo importante es ver la botella medio llena. Si alguno de los tuyos rinde a gran nivel con su país, regresa con el pecho henchido de orgullo patrio y con la autoestima disparada. Pongamos ejemplos. Ancelotti se despidió en el Villamarín de un Hazard suplente (él se lo había buscado) y tras el Bielorrusia-Bélgica de mañana en Kazan, regresará un Eden triunfal y reivindicado tras su golazo del domingo a la República Checa. Hazard está utilizando la 'Fórmula Bale' para rescatar su mejor versión.
El galés está diplomado en Oxford en esta materia. La presión y las exigencias del Madrid te dejan a veces alejado de tu estado de nirvana futbolístico. Flavio Conceiçao se encogía en los partidos del Bernabéu y le temblaban las piernas ante la afición blanca. Cuando le tocaba jugar con la canarinha recuperaba la sonrisa y su exitoso fútbol total que triunfó en Riazor con el Depor. Fede Valverde, charrúa de raza y ganador nato, respondió al fichaje de Camavinga metiendo un golazo de falta. Es lo saludable del escaparate de los parones FIFA. Los buenos se reivindican y regresan con la cabeza alta. Carlo está de enhorabuena.