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Qatar, un país muy lejano...

Humor amarillo. O te lo tomas así, aprovechando el color yellow de la camiseta sueca, o te coges un berrinche viendo como España llena de espinas su camino hacia el Mundial de Qatar con una derrota tan dolorosa como reveladora. Jugando tanto al toque, a la posesión pasiva, a circular sin sentido de la verticalidad, a no asumir riesgos cuando hay que tomarlos y a ser especulativo cuando menos procede... Suecia sabía a lo que jugaba, con unas contras diabólicas en las que Isak, Forsberg y Claesson nos sacaron los colores. Eric García, de nuevo, se vio desbordado en los duelos individuales y superado en velocidad. Si te llevas a un veterano con galones como Raúl Albiol para luchar contra las torres suecas, ¿qué demonios hacía en el banquillo del Friends Arena? El problema es que ahora nos vemos de verdad con la soga al cuello. El Mundial de Qatar empieza a estar en el Reino de ‘Muy Muy Lejano’, nombre que saco de la película Shrek. El problema es que nosotros no somos el ogro liberador, ni siquiera el gato con botas. Mas bien parecemos el Príncipe Encantador, que se supone que tiene todo para reinar pero que se desmorona en cuanto le vienen las dificultades. Cada gol sueco fue un mazazo en la moral quebradiza de un equipo que se agarró a Carlos Soler y Ferran, únicos que se resistían a entregar la cuchara...

Orgullo che. Soler, enorme en su debut, y Ferran parecían jugar espoleados por las Fallas de septiembre que se están celebrando en su amada tierra. Soler puso la mascletà con ungolazo a poco de empezar. Y Ferran buscó las internadas con desborde por las bandas y los centros en busca de Morata y Gerard, muy perdido toda la noche. Sólo Adama nos animó en el tramo final. No tenemos gol...

Ni madridistas ni andaluces. Aunque algunos quieran ‘maquiavelizar’ el debate, esto no es una cuestión de colores ni de camisetas de clubes. España es el equipo de todos y lo importante es llegar lo más lejos posible. Pero hay datos objetivos que no se pueden discutir. Que no haya un solo madridista sería razonable si en el once de Ancelotti no hubiese circunstancialmente ahora mismo gente de gran nivel. Pero es obvio que Carvajal podría estar de dos (no es lógico que lleve a Marcos Llorente en una posición que en el Atleti no ocupa), que Nacho es un central top (estará listo para las semifinales de la Nations League en octubre ante Italia) y que Lucas Vázquez es un multiusos que te apaga varios fuegos a la vez. Incluso, Asensio o Isco podrían haber tenido opciones por su buen arranque de temporada. Es una cuestión de meritocracia, no de colores. Bueno, al menos jugamos de blanco...Pero Luis Enrique está enrocado y quiere ganar sin madridistas. Por cierto, y sin andaluces. Han ido cayendo Ceballos, Sergio Ramos y Jesús Navas, a los que ahora se ha unido Fabián. Será una simple casualidad, pero creo que el técnico asturiano empieza a ser obsesivo con alguna de sus decisiones y no creo que eso sea integrador ni inteligente. Todos queremos remar con el míster en la misma dirección (llegar a Qatar es bueno para todos), pero debería ser más flexible y bastante menos intransigente. El fantasma de la repesca pende sobre nuestras cabezas. ¿Acaso fue un espejismo lo de la Eurocopa?

Futuro incierto. Ahora toca ganar estos próximos días a las prestigiosas Georgia y Kosovo. Toca golearlas y sin presumir. Pero la clave no es el resultado. Es el fútbol. Luis Enrique no puede seguir haciéndose el sueco ante esta cruda realidad.