El liderato de Elissonde es insignificante

En la quinta etapa de la Vuelta a España se esperaba que hiciese aire de costado, pero finalmente no sucedió con el fin de que se cortara el pelotón. Aunque la tensión por si aparecía el viento provocó una montonera, que dejó a Taaramäe sin el maillot rojo. El ganador, Jasper Philipsen, era uno de los favoritos. Su equipo, el Alpecin, y el Deceuninck cogieron la responsabilidad en los últimos kilómetros para echar abajo la fuga y luego lo aprovecharon para conseguir su segunda victoria. En el caso de los españoles, de cara al esprint, el único que se está metiendo es Aberasturi, que concluyó sexto. En cuanto al resto, no tenemos corredores que puedan estar luchando en este tipo de etapas, con llegadas masivas. Para Enric Mas o Landa lo más importante es no perder tiempo en jornadas así.

Elissonde se posicionó como líder, un premio que le llega tarde, a consecuencia de la caída de Taaramäe y porque en el Picón Blanco estuvo en la escapada e hizo una buena etapa. Pero de cara a la general, es insignificante. Sin embargo, a Roglic le viene bien no tener el maillot rojo estos días porque así no desgasta mucho a sus compañeros, que lo lleve Taaramäe o Elissonde le da igual. La llegada de la próxima jornada en Cullera es inédita. Lo más significativo va a ser la entrada que tienen a dos km de meta, ya que todo el mundo va a querer estar delante y resultará importante empezar el repecho bien situado.