Sobre el debate del fútbol en los JJ OO

Debate manido. "El fútbol es el deporte más practicado del mundo, ¿cómo no va a ser olímpico?". La frase me la dio Javi Martínez en los Juegos de Londres, en 2012. Y tiene razón. Existe una corriente polideportiva que mira con recelo al fútbol por copar también la atención de la cita olímpica. Pero, pese a ser Sub-23 y no contar con las grandes estrellas del planeta, el interés es innegable.

Datos. El debut de España ante Egipto acaparó al 27,6% de la audiencia, y eso que los Juegos aún no han entrado en calor. Es más, en las últimas finales hubo 63.707 espectadores (Río), 86.162 (Londres) y 89.102 (Pekín), más que en cualquier otra de las pruebas celebradas. El fútbol no puede faltar a esta fiesta. Aunque a los puristas les duela.

La liga rusa. Hoy arranca una liga del segundo escalón europeo que atraviesa una profunda crisis: la rusa. La ley del 8+17 le supuso más daño que beneficio. Consistió en limitar el número de extranjeros a ocho y ampliar a 17 el de jugadores nacionales. El motivo era el Mundial 2018 en el que los rusos fueron anfitriones. Se entendía que cuantos más jugadores nacionales hubiera en la liga local, más potente sería la selección. Esto generó mucho debate y desde luego hizo que la Premier League rusa bajara considerablemente de nivel. Varios equipos, entre ellos el CSKA, abanderan ahora el movimiento por abolir el 8+17. El aperturismo debe volver.

Avances. Venimos de una Eurocopa muy reciente, pero en año y medio estaremos metidos de lleno en el Mundial de Qatar. Precisamente la selección local, la qatarí, está dando pasos de gigante para llegar bien preparada. Ya ganó muy meritoriamente la última Copa de Asia y durante estos días está jugando la Copa Oro (el torneo de selecciones de CONCACAF). Su rendimiento es francamente bueno: pasó como líder su grupo por delante de Honduras y se mide a El Salvador en cuartos. Todo ello con Félix Sánchez como técnico. El catalán triunfa con un equipo joven y moldeado en la fantástica academia Aspire de Doha.

Hoy descubrimos a... Marquinhos (2003). En esta semana de descalabro general del fútbol argentino en Libertadores y Sudamericana, este joven brasileño de Sao Paulo fue el verdugo de Racing de Avellaneda. Zurdo, pequeño pero veloz, hizo un gol y dio una asistencia en la victoria del Tricolor paulista en el Cilindro. Le entrena Hernán Crespo, que de delanteros sabe un rato. Cuidado con él.