El futuro de la F1 ya está aquí

La aplastante victoria de Verstappen en el GP de Austria tiene mucho más valor que los puntos que aporta a su cuenta particular como líder del Mundial de Fórmula 1. Es cuarta de la temporada, la tercera consecutiva y la segunda en dos semanas, datos que apuntalan con solidez que su candidatura al título de este año es mucho más que circunstancial. Hamilton está preocupado y Mercedes, lo mismo. Quedan carreras por delante para darle la vuelta a la situación, pero cada una que pasa es una oportunidad perdida para hacerlo. El cuarto puesto del británico es un varapalo sobre todo psicológico, el heptacampeón lleva años sin enfrentarse a una situación de este estilo, en clara desventaja respecto a su rival directo. Tendrá que aprender a digerir la derrota recurrente…

La otra reflexión que deja la segunda cita en Spielberg es que el cambio generacional en la Fórmula 1 es una realidad incontestable. Mad Max es su punta de lanza al frente de la tabla de puntos, pero el carrerón de Norris tampoco puede ser pasado por alto: coloca al joven de McLaren como un valor de futuro de una solvencia que refrenda muchos domingos desde el año pasado. Algo menos joven es Sainz pero también representa esa nueva hornada de estrellas; su actuación en Austria ha sido magistral, cumpliendo al dedillo el guion planteado por Ferrari y aportando el talento necesario para protagonizarlo, incluso a costa de su compañero Leclerc, otra apuesta ganadora mirando más allá de la inmediatez. Y tampoco olvidemos a Russell, que con un coche de la cola del pelotón fue capaz de mantener a raya durante muchas vueltas a un veterano rapidísimo como Alonso. Lo dicho, el futuro ya está aquí.