Siempre se habla del peligro del inicio del Tour, del nerviosismo, de que todo el mundo quiere ir delante, de que los corredores aún no saben cuál es su sitio... pero es en ediciones como esta, en la que muchos de los favoritos se están viendo afectados, es cuando de verdad reparamos en que nadie está a salvo. Y más cuando estamos comprobando que la mayor parte de las caídas están sucediendo en la parte delantera del pelotón, donde da igual lo bien colocado que vayas. La suerte es clave para ganar el Tour y no es ningún tópico que en estas jornadas se puede perder la carrera. Un ejemplo es el Jumbo. Martin con la espectadora, Gesink abandona, Roglic... hay que ver cómo se te puede cruzar esta carrera.

Una caída dura como las que ha sufrido Roglic, o también Thomas por ejemplo, te condiciona mucho. Te haces mucho daño en el momento, pero si eres capaz de levantarte y montarte en la bici, en tu cabeza sólo está perder el menor tiempo posible. El sufrimiento llega luego, pasas mala noche, te levantas dolorido y te tienes que volver a subir a la bici. Es una penuria que te puede durar varios días y este miércoles hay una etapa clave como es la crono. Veremos también cómo afrontan la carrera nombres como Carapaz o Enric Mas, que parece que están salvando los incidentes. En el caso del español, puede verse animado por no haber tenido mala suerte, motivarse y soñar con algo grande o por el contrario la responsabilidad de ser ahora la baza más sólida del Movistar le puede bloquear. Ojalá sea lo primero.