La revolución eterna de Busquets
España se encontraba en la encrucijada y salió mejor de lo que estaba. Por aplastamiento liquidó a Eslovaquia, deprimida a cada golpe. La Selección recuperó el pulso, la profundidad y la determinación en el área. No podía ser de otra manera que con Busquets en el campo. Las cuatro caras nuevas que alineó Luis Enrique (Azpilicueta, Eric García, Busquets y Sarabia) no fueron un simple cambio de cromos, sino que tuvieron un impacto notorio en la aplicación de la propuesta. España fue un equipo definido a través del medio centro. Busquets presidió el juego, reordenó la posesión y no dio puntada sin hilo en cada intervención que tuvo. Los mecanismos se naturalizaron con su presencia. Es cierto que Eslovaquia lo bendijo con tiempo y espacio, pero solo un futbolista como él es capaz de saber leer esta ventaja.
Gran lectura de la jugada
Azpilicueta conduce y Busquets le ofrece una línea de pase con su movimiento por detrás de Duda y Hamsik. Después da continuidad al juego con una entrega profunda. Es la brújula de la Selección.