Sarabia descorchó el champán del magnum de España
Luis Enrique hizo cuatro cambios en el once para la final ante Eslovaquia y los cuatro resultaron. Especialmente Busquets y Sarabia. El delantero madrileño inició la goleada con un tiro violento al larguero que el meta eslovaco, Martin Dubravka, un amigo, se metió para dentro cuando cayó del cielo. Hacía falta quitar el tapón para que las burbujas se liberaran en forma de goles y Sarabia agitó el magnum de España para que fluyeran las dianas. Laporte puso el sabor francés con su tanto y el cava español tuvo sabor a champán.
Sarabia fue la gran sorpresa de la lista. El último de los 24 que apareció en el pantallón del salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. El canterano del Madrid, que hizo carrera en Getafe y en Sevilla antes de marcharse a París a disputarle minutos a un tal Neymar y un tal Mbappe, se ganó la confianza de Luis Enrique desde el primer entrenamiento. Y en el decisivo partido, el seleccionador le dio la titularidad porque confiaba en que siempre llega bien a la zona de peligro y que iba a ver puerta como lo viene haciendo en los entrenamientos. Pablo le devolvió con creces y con goles esa confanza. Luego hizo otro tanto y después le dio el cuarto a Ferran. España hizo los deberes, como era su obligación, y ya está en octavos. Hacía falta una victoria así. Pero tranquilidad, que ni antes éramos tan malos ni ahora somos tan buenos.