Luis Rubiales quiso ser lateral, pero Marcos Llorente, no
Vaya por delante mi apoyo incondicional a España. Y a ello entrego este artículo. Luis Rubiales no es Pablo Porta, que lo más redondo que vio fue una maleta. Rubiales fue futbolista antes que presidente. Y además sabe del oficio, doy fe. Fue defensa y jugó mayormente como lateral. Era su posición preferida, porque era la que mejor dominaba y fue en la que más le puso Manolo Preciado, su entrenador en el Levante. Cuando le hacían jugar de central, lo que sucedió en alguna ocasión sobre todo a las órdenes de Schuster, Luis Rubiales sufría. Estaba fuera de cacho. Pero no le quedaba más remedio que hacerlo porque tanto Preciado como Schuster eran más bien tercos, obstinados, tozudos...
No debe ser fácil para Luis Rubiales ver a Marcos Llorente de lateral. Puede que lo sea más que para Simeone, o quizás tanto como lo haya sido para Unai Emery ver a López Ufarte reencarnado en Gerard Moreno. El problema que tiene ser presidente de la Federación y haber sido futbolista es que no te puedes hacer el sueco, nunca mejor dicho. Un vestuario mide al entrenador por las decisiones que toma. Si es justo con el once gozará de confianza. Si se equivoca de hombres o de posición le tomarán por el pito del sereno. Lo sabe Rubiales, lo sabe Simeone, lo sé yo y lo sabe toda España: Marcos Llorente de lateral es un desperdicio.