El VAR mantiene viva la ilusión

Avisaba Paulino Granero, preparador físico de Rusia, en este periódico en la previa: “Es clave no repetir en el inicio los regalos que le hicimos a Bélgica”. Llevaban dos días insistiendo a los jugadores en este aspecto. De poco sirvió: un nuevo error de bulto propició el gol de Pohjanpalo en el minuto 3. Por suerte para los rusos, existe el VAR en este torneo. El tanto fue anulado por un fuera de juego de centímetros. Esa jugada cambió su inercia en esta Eurocopa.

Una nueva derrota hubiera dejado a medias la obra que se inició en este país en 2018. El fútbol en Rusia no es prioridad, le gana el sitio el deporte sobre hielo, en especial el hockey. Sin embargo, el Mundial de hace tres años provocó un auge que la pandemia frenó levemente. Esa moda ha vuelto ahora que el país recupera poco a poco la normalidad en las calles. San Petersburgo respira fútbol en cada esquina desde hace una semana: carteles, fan zone... Adultos y niños vestidos con las características camisetas rojas. Cuando se crea una ilusión tan grande, es fundamental alimentarla. Una decepción gigante, como hubiera sido perder los dos partidos que jugaban ante su público, hubiese supuesto un retroceso ante el esfuerzo y la inversión tan fuerte realizada en los últimos años. En los deportes colectivos por países existe algo que levanta pasiones por encima de todo: ver a tu selección ganar. Por eso esta victoria de Rusia vale muchísimo más que tres puntos.