El ‘Grupo de la Muerte’ se puso en marcha ayer rodeado de una expectativa que no defraudó en ninguno de sus dos partidos. Claro que en cierto modo es un grupo de la muerte de final cantado. Siempre llamamos así al grupo en el que coinciden más de dos favoritos, con lo que se supone que alguno quedará fuera. Pero como pasan cuatro de los seis terceros, la impresión de partida es que ni Portugal ni Alemania ni Francia peligran, sino que el muerto está designado de antemano y sería Hungría. Su primer resultado, esa derrota por tres goles ante Portugal, parece confirmarlo. Y eso que llegó viva hasta el 83’, cuando se derrumbó.

Aunque lo cierto es que si llegó viva hasta ahí (incluso con un gol que le anularon, que pudo mejorar su suerte) fue gracias a su portero, Gulacsi, que estuvo imponente. Sus paradas, algunas tremendas, retrasaron el gol hasta un disparo de Guerreiro que pegó en uno de sus defensas y cambió la trayectoria. Enseguida llegaron el penalti, transformado por Cristiano y, ya en pleno derrumbe, otro gol de éste. Mala suerte para Gulacsi, que iba para héroe de la jornada y acabó embaulando tres. Y gran día para Cristiano: es su quinta Eurocopa, ha marcado en todas ellas y con los de ayer suma 11 goles, dejando atrás el récord de Platini, que lo fijó en 9.

Y a la noche, un partido cinco estrellas, Alemania-Francia, los dos últimos campeones del mundo. Francia impresiona desde la foto por la calidad de sus jugadores, sobre todo el tridente de arriba; Alemania intimida por su historia, sobre la que no hay que extenderse. Fue un partido intenso, con una Francia progresivamente más cautelosa, buscando contraataques y una Alemania al revés, insistente, que murió en el área rival. El partido lo resolvió un autogol en el 20’ de Hummels, que a cambio le ganaría luego dos emocionantísimos mano a mano a Mbappé. Digamos que Francia mereció ganar, pero que fastidia verla jugar tan cautelosa.