El carácter confrontacional de los españoles nos lleva a porfiar sistemáticamente. El terreno futbolístico es propenso a que la pasión domine a la razón. Pasa con los clubes y mucho más con los que siguen a la Selección. La España de Luis Enrique provoca ahora mismo reacciones encontradas. Los aficionados del Real Madrid están mayoritariamente en contra del seleccionador como se comprobó ayer en el Wanda Metropolitano, donde entre los 14.743 espectadores que volvieron a ver un partido en directo, los mismos que silbaron a Luis Enrique, cuando su nombre sonó por megafonía tras la alineación de España, fueron los que aplaudieron a Pepe cuando fue sustituido y también fueron muchos de los que gritaron contra Morata cuando estrelló el balón en el larguero en el minuto 91. Otra parte de los casi 15 mil que vieron el partido en directo eran del Atleti por como aplaudieron a Marcos Llorente en sus galopadas y a Koke cuando salió.

A la afición no le gustó que España empatara a cero con Portugal, la actual campeona. La mayoría ven el vaso ahora medio vacío y el pesimismo se impone entre muchos de los seguidores de La Roja. La misma sensación se tenía cuando España empató a cero ante Estados Unidos un 4 de junio de 2008. Y las críticas a Luis Aragonés eran entonces más feroces que ahora Luis Enrique. Tengan confianza. Que Morata en la Eurocopa no la mandará al larguero. Irá para dentro. Y los que le han rajadO cruelmente en el campo, le aplaudirán. Y a Luis Enrique también.