Hace varios años el Kun Agüero dijo que se quedaría en el Manchester City hasta que ganara la final de la Champions League. Coincidía con una de sus últimas renovaciones, en plena efervescencia de un proyecto que ya apuntaba a dominar Europa. Cuando llegó a Inglaterra nunca habían pasado la fase de grupos. Y ayer jugaron la final, una década después de vestir por primera vez de celeste. Agüero se va sin conseguir el título, a punto de los 33 años y tras casi no haber jugado en la última temporada.

Sin embargo, suya ha sido la culpa, al igual que de Silva, o de Kompany, o de Zabaleta, de que los citizens miren a la cara a cualquier club del mundo. Y de que todos sus aficionados puedan soñar con este trofeo, aunque sea sin el argentino. Hay mucha inversión cada año, hay muchos futbolistas que han ayudado en el proceso, pero pocos van a permanecer en la memoria histórica como el del Kun Agüero.