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El Madrid sabe que hay tela por cortar

Nacho, que está en todas, marcó el gol de la victoria en San Mamés y durante un buen rato el Real Madrid sonó a campeón de Liga. Puede que en el gran esquema de las cosas que pretende el Real Madrid, el título no parezca demasiado, pero la realidad se impone. Para Zidane, los jugadores y la hinchada, el fútbol se identifica hasta el hueso con la Liga, la competición del día a día, en todas las estaciones, sin tregua y sin pausa, contra grandes y pequeños. Esta edición, disputada sin gente en las gradas, en medio de una pandemia terrible, ha resultado apasionante. Quién la gane, Atlético o Real Madrid, tendrá un mérito enorme.

El Madrid no atravesó por problemas en San Mamés. El Athletic se encuentra en posición de retirada. Alcanzó su pico en la Supercopa, llegó a la final de Copa y perdió las dos que disputó en el plazo de dos semanas, la del pasado año y la de esta temporada. Son tiempos raros para todo el mundo. También para el fútbol. En el último mes, el Athletic ha sido todo lo imprevisible que puede serlo un equipo con muchos jóvenes en proceso de aprendizaje y asentamiento en Primera División. Derrotó al Atlético de Madrid y al Sevilla. Perdió la semana pasada en Huesca. Frente al Madrid, dio impresión de equipo casi desinflado, agotado.

El partido no pasó de discreto, pero sus implicaciones eran evidentes. Las noticias que llegaban desde el Metropolitano empujaron al Madrid a hacer bien su trabajo en Bilbao. Dominó, no registró ocasiones importantes del Athletic y controló el encuentro con más autoridad que buen juego. Sin remate en el primer tiempo, apretó en el segundo. El gol de Nacho –con Benzema en fuera de juego y pretendiendo participar en la jugada– certificó la superioridad del Madrid.

Benzema dispara a puerta entre varios jugadores del Athletic.
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Benzema dispara a puerta entre varios jugadores del Athletic.DPA vía Europa Press

Después de las dudas que generó en la eliminatoria con el Chelsea, el Madrid ha jugado los dos últimos partidos con la gente en su posición natural. Con la misma naturalidad ha respondido el equipo. Mereció la victoria en Granada y también en Bilbao. No le ha afectado el ruido que produce la incierta situación de Zidane –su conferencia de prensa desprendió un tono de despedida–, ni las numerosas bajas por lesión o problemas derivados del COVID-19.

Miguel convence en el lateral izquierdo. Se quedará en la próxima plantilla. Las actuaciones de Odriozola han cuestionado su ausencia en los partidos con el Chelsea. Militao y Nacho han encontrado el punto exacto que forja las buenas parejas de centrales. Se acaba la temporada, pero Modric juega y corre como en sus mejores tiempos. Benzema es una garantía en todos los aspectos.

No es un gran Madrid, pero sí es un Madrid digno de elogio. Zidane aseguró hace tiempo que el equipo combatiría hasta el último aliento y que ese momento ocurriría en el último partido. Estaba convencido de que esta Liga se resolvería en la jornada final. Sus jugadores no le han dejado mal. Al contrario, el Madrid sueña y tiene derecho a soñar. Estuvo a un par de minutos de alcanzar el liderato. Quedan 90 en Valdebebas, contra el Villarreal, y 90 en Zorrilla. Visto como ha discurrido el campeonato, queda mucha tela por cortar.