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El Real Valladolid de Ronaldo: del salto de calidad al salto al vacío

El lamentable partido del Real Valladolid ante la Real Sociedad (4-1) es la mayor prueba de que el conjunto pucelano no puede permanecer en Primera. El primer tiempo de Anoeta resulta un insulto a la afición, al escudo, a la historia del decimotercer club más importante de España. Palabras como ridículo y perdón salieron después de la boca de los protagonistas, pero con eso no basta. En otro partido en el que los pucelanos se lo jugaban todo volvieron a dar la de cal... una vez más. El descenso no es matemático, pero sí virtual.

Perdió el Huesca y eso le da un 2% de posibilidades al Real Valladolid para salvarse en la última jornada, pero resulta complicadísimo pensar que pasará porque los pucelanos deben ganar al Atlético, que vendrá a Zorrilla a jugarse la Liga, y, además, deben fallar el Elche y el Huesca, que juegan en sus estadios frente al Athletic y el Valencia, respectivamente. Muy difícil, dramático y casi esperpéntico, pero cierto. Tan complicado como que un equipo que ha ganado un partido de 20 pueda ser capaz de quitarle el título de Liga al Atlético de Madrid.

Como uno es optimista, pero no iluso, es hora de dar la extrema unción al Real Valladolid y empezar a pensar en la temporada que viene en Segunda División. Nadie en el club, desde los jugadores hasta el presidente Ronaldo Nazário, pasando por el cuerpo técnico, la dirección deportiva, el CEO, han estado a la altura de un club que se acerca a su centenario. Ninguno de ellos ha entendido el sentimiento blanquivioleta. Y está muy bien que los jugadores lloren, pero muchos no estarán el año que viene aquí y el verdadero pucelano, el aficionado, es el que sufrirá otra vez esta bajada a los infiernos.

En la guía AS del principio de temporada escribí que, históricamentamente, cada vez que el Real Valladolid había intentando lo que se ha dado por llamar el salto de calidad terminaba en un salto al vacío, al infierno, a Segunda División. Por desgracia, no me equivoqué. Se hizo un equipo con ínfulas para jugar más ofensivo, pero con futbolistas que no eran del perfil del entrenador. Y ese fue el principio del fin. O firmas jugadores que valgan al entrenador o cambias de entrenador, pero no. Se intentó hacer un mixto y el técnico no encontró nunca su mejor versión, ni la de los jugadores, lo que acompañado por una larga lista de lesionados, de la que muchas veces fue responsable el cuerpo técnico, unido a la falta de fortuna, que también cuenta, va a dar con los huesos del Real Valladolid en Segunda. La aspiración de Ronaldo de que el club luche por entrar en la Champions en cinco años se complica.

Se acusa a Ronaldo de inacción y creo que no es real. El brasileño, ayudado poco por sus hombres de confianza en el club que no le ofrecieron alternativas de su gusto, tomó una decisión: permanecer con Sergio hasta el final. Nos puede gustar más o menos, pero tomó esa decisión. ¿Se equivocó? A posteriori es evidente que sí. Y de aquellos barros vienen estos lodos. El Real Valladolid de Ronaldo se va a Segunda... Y esperemos que esta sea la peor noticia...