El crudo techo del Barça de estos días

El Barça no pasó del 0-0 contra el Atlético y tampoco mereció más. El empate dejó una sensación de desencanto en la afición, desilusionada por la falta de argumentos de un equipo que no fue mucho más que Ter Stegen y Messi; y, sobre todo, en guardia y temerosa de que el resultado estimule al Madrid. Pero la realidad es cruda, y esta es la del Barça. Un equipo al que se le puede aplaudir incluso que haya llegado con opciones al tramo final, después de un inicio de campeonato descorazonador. Pero que el día que se jugaba LaLiga tenía en la sala de máquinas a dos jugadores de 18 años, Ilaix y Pedri; y otros con amor propio pero limitaciones evidentes como Mingueza. Para gobernar con mano de hierro LaLiga, hace falta más. Seguramente, esa sea la gran cuestión para el Barça estos días. Este es su crudo techo, y su golpeada economía no le va a permitir fichar demasiado desequilibrio. Neymar ya ha renovado con el PSG, Haaland es una quimera y lo que hay en marcha es un proyecto low cost en el que Mateu Alemany y Ramon Planes van a tener que hacer un excelente ejercicio de creatividad para dotar de herramientas que potencian al equipo. Más jóvenes como Èric García (ahora suena Gravenberch) y un poco de picante barato, con Depay.

Sorprende ese silencio de desconfianza de Laporta con Koeman. Ese sí con la boca chica debe gustarle muy poco al holandés, tal vez tratado con menos sensibilidad de la que merece una leyenda del club. Seguramente, Koeman no sea un entrenador de proyecto largo, pero ha cargado con una transición durísima. En fútbol, no es sencillo poner cimientos después de que todo se derruya. Koeman se ha ganado la segunda temporada que firmó, tal vez el tiempo correcto para lo que puede aportarle al Barça.

El Atlético jugó el partido en las coordenadas que pretendía. Primero, fue ordenado en el campo. Luego, aprovechó el galimatías en que se metió el Barça después de la lesión de Busquets y lo desarboló, pero le falló la navaja de Suárez. Y, finalmente, sobrevivió a la carga del Barça. Tiene un portero, Oblak, que parece un gigante. Y eso da para mucho. Simeone, entrenador inmenso, terminó hablando en la rueda de prensa del "partido a partido", pero hoy el Atlético se va a poner delante del televisor a sufrir el Madrid-Sevilla. También el Barça. Ahora ve la Liga muy lejos, pero anda loca. Y quién sabe si el martes se acuesta líder. Eso sí, estos días ha comprobado que tiene un techo. Le toca pensar cómo romperlo sin un euro.