The End

Sanseacabó.- Ya sabíamos que la final anticipada de Stamford Bridge iba a estar plagada de minas. Nadie dijo que iba a resultar fácil pese al esperanzador 1-1 de Valdebebas. Pero la realidad es que el Chelsea nos ha echado de Europa con una autoridad que obliga a una reflexión inmediata y severa. La cuestión no es caer, sino cómo hemos caído. El Chelsea ha jugado con tres velocidades más, nos ha ganado todas las disputas y se han plantado ante Courtois con una facilidad que resultaba humillante. Ellos parecían tener un reactor en las botas y los soldados de Zidane plomo y más plomo. Si el Chelsea llega a tener a un killer puro como Lewandowski en esta eliminatoria, nos cae media docena. Un gigantesco Courtois y la madera evitaron más daños colaterales. Pero lo frustrante es que sólo hubo un momento de verdad en el que hubo un motivo para ilusionarse. Con 0-0, Benzema, como ya hiciese en el Di Stéfano, sacó de su chistera un tirazo que era gol sí o sí, pero Edouard Osoque Mendy (portero titular de Senegal) voló para hacer una parada de Champions. Acto seguido, llegó el 1-0 de Timo Werner. Del 0-1 al 1-0. Simplemente, fútbol.

La noche de Zidane.- Les prometo que sigo creyendo en Zizou y todavía considero que es el entrenador ideal para un club tan exigente y complicado como es el Madrid. Y que siga muchos años entre nosotros. Eso me legitima para asegurar que Zinedine tuvo un peligroso ataque de entrenador que facilitó el baile de los blues. Poner a Vinicius de carrilero derecho desactivó al joven talento brasileño. A Vini no le puedes hacer defender (¡es como si a Tavares le dices que se ponga de base!) y encima en su banda mala. Y le alejó del área londinense, que es donde de verdad podía hacer daño (el Liverpool sabe de lo que hablo). Y todo para proteger la titularidad de Hazard. Yo, que soy un optimista irremediable, creía que el belga haría un Anelka y que iba a dibujar por fin su primera gran noche como estrella del Real Madrid. Pues pasó de estrella a estrellado. Hazard no se fue nunca de nadie, no desequilibró, llenó su repertorio de caracoleos estériles que no conducían a nada y no logró romper líneas enemigas en ningún momento. Zizou, como ya sucediese hace un año en el Etihad ante el City, le dio casi todo el partido de forma tan generosa como injustificada. Hazard no está para jugar de titular ante rivales que llevan gasolina súper mientras que tú estás en la reserva y con el motor gripado. Benzema fue un islote que tuvo el orgullo de dibujar las dos únicas ocasiones de un Madrid espeso, desbordado y superado. Y encima, Hazard puso el broche a su noche aciaga gastando risitas, abrazos y bromitas con Zouma y Mendy. ¿De qué te ríes, Eden? Encima llegarás a la Eurocopa y te saldrás con Bélgica. Esto es muy fuerte...

Mbappé, ya mismo.- Llevamos tres años de frustraciones en Europa tras la dolorosa marcha de Cristiano a Turín. Esta temporada hemos mejorado la nota al llegar hasta las semifinales, pero visto lo visto nos debemos dar por satisfechos. No estamos para jugar finales. Nos hemos ahorrado un disgusto ante el City en Estambul, que también juega con una intensidad similar a la del Chelsea. Es duro aceptar con resignación esa cruda realidad.

Queda la Liga.- Hoy toca luto deportivo, pero hay que resetearse porque quedan cuatro jornadas para intentar ganar una Liga que al menos permita irse al madridismo de vacaciones con una sonrisa y un título que echarse a la boca. Me lo recuerda José Luis, de la Peña de La Coma, que acaba de ser abuelo. El bebé Ángel Martín Pardo es el socio 93.068. Al menos, él no se ha llevado este disgusto. Ser mayor no es bueno en días así.