Fútbol y sainete en el after hours del Camp Nou

A la hora en que se jugaba, los muchachos que tienen clases temprano se iban a la cama acuciados por la misma responsabilidad que los que trabajan pronto. Probablemente algunos directivos dilucidaban aún si siguen adelante con su campaña para salvar este deporte sin advertir que la ruina del fútbol proviene en parte de estos horarios que ahuyentan a jóvenes y veteranos de las gradas virtuales que siguen ahora las distintas competiciones.

El partido fue una enciclopedia de Messi y una penosa desgracia del Getafe, que albergaba la idea de poner nervioso a Koeman y sufrió un gol en propia puerta en circunstancias histriónicas. El percance deslució el ánimo azulón hasta que el árbitro les pitó un penalti y transformó su moral. La emoción recuperó la noche para el fútbol y llevó al Barça al borde de sus antiguas ansiedades. Si no es por la cabeza de Araujo la noche hubiera sido eterna y fea para un Barça adormecido.