Se acabó la pesadilla para Marc Márquez. La incertidumbre sobre su recuperación ha sido tanta, que muchos incluso llegaron a temer lo peor: que la espectacular carrera deportiva del catalán se pudiera ver truncada. Una amenaza que se esfuma porque el próximo fin de semana estará en Portimao, para volver a subirse en su Honda de MotoGP en el GP de Portugal. Se entiende que los médicos del Mundial le darán el visto bueno para que así sea (lo hicieron cuatro días después de la primera operación, solo faltaría que ahora fuera de otro modo) y el ilerdense podrá empezar a recuperar las sensaciones de la competición. Un gran momento, también cargado de incógnitas. Interesantísimo conocer cómo afrontará un piloto de su garra, coraje y ambición un retorno tan delicado.

Un auténtico dilema para el mayor de los Márquez. Se ha perdido las dos primeras carreras del campeonato, lo que en absoluto representa un escollo insalvable para sus opciones al título si es capaz de coger el ritmo sin demasiada demora. El liderato de Johan Zarco aparece a 40 puntos, que son muchos pero desde luego recuperables a estas alturas de Mundial, sobre todo si Marc vuelve a ser pronto el mismo de siempre. Será un difícil compromiso, continuar con su recuperación sin elevar el listón del riesgo más de lo necesario, al mismo tiempo que protege sus opciones al que sería su noveno título. Un aliciente más para la carrera del próximo domingo en particular y para la temporada en general. Iremos viendo, lo importante ahora es que el rey está de vuelta…