Kroos y Vinicius dejan a Klopp sin defensa
Las funciones europeas siempre escenifican la grandeza del Madrid. En el mejor momento de la temporada, en su momento, olió sangre y se abalanzó sobre un Liverpool tétrico y acomplejado en el primer tiempo, al que ni su mejoría tras el descanso le evita un juicio sumarísimo por su actuación. Klopp negó las señas de identidad sobre las que ha construido su equipo. Falto de agresividad, asustadizo en la presión, mantuvo su línea defensiva muy adelantada y abrió la puerta de la eliminatoria a un Madrid que tuvo el aire imperial que siempre le acompaña en la Champions. Sobre el mapa de Kroos y la lucidez de genio de Vinicius, fue amo y señor de la trama.
Como acostumbra a suceder en Europa, Zidane tomó partido con un planteamiento que refuerza su condición de entrenador capaz de marcar la diferencia. Lucas Vázquez y Mendy fijaron más su posición en la salida para captar la atención de Mané y Salah. Con la movilidad de los tres centrocampistas por delante, bajo la batuta inmortal de Kroos, el Madrid desunió la estructura de un Liverpool muy espaciado entre líneas. Zidane mandó atacar esa falta de armonía con los desmarques de ruptura de Vinicius a la espalda de la defensa del Liverpool y con continuos cambios de orientación que dejaban en mal lugar a la basculación red. El Madrid mezcló el juego, de lado a lado, siempre con verticalidad. De esta forma, firmó solo en el primer tiempo hasta 40 balones en largo. Idea de Zidane, obra de Kroos y golpe final de Vinicius.
Más contenido en la presión, al Madrid le vino de perlas la suplencia de Thiago. El Liverpool no tuvo salida, no logró conectar con Salah, Jota o Mané en zonas interiores hasta que Klopp dio entrada al internacional español. Ahí empezó a equilibrar el encuentro, pero no le alcanzó del todo por la gran respuesta emocional de un Madrid que siempre cabalga en la Champions. Lucas Vázquez se agigantó, Militao y Nacho respondieron con sobriedad y Casemiro barrió todo lo que pasaba a su alrededor. Pero la noche siempre fue de Vinicius. El brasileño, que después de esto ya ha debido convertir a todos sus críticos en afines, incluso a un Zidane que tantas veces le ha tratado con cierta injusticia, se aprovechó de la debilidad manifiesta de Alexander-Arnold y Phillips —44% de ataques— para aproximar al Madrid a su hábitat natural en la Champions. Solo Anfield le separa de las semifinales.
De lado a lado
Zidane dio la orden de buscar cambios de orientación hacia la izquierda para descubrir la fragilidad defensiva de Alexander-Arnold. Benzema, abierto.
Sin oposición
Kroos tiene todo el tiempo para lanzar en largo a un Vinicius que se mete entre Alexander-Arnold y Phillips. Malas vigilancias de la defensa del Liverpool.