Ni Klopp, ni Liverpool, ni Anfield

Todo lo malo que había mostrado el Liverpool esta temporada se congregó en un partido nefasto, con un primer tiempo impropio de un equipo seis veces campeón de Europa. Se equivocó Klopp y se equivocaron una y otra vez los jugadores. Se le achacaba al Liverpool que con Thiago defendía peor, pero quedó patente que el problema va más allá de jugadores o de lesionados. Es un problema conceptual. Klopp deshizo su plan inicial antes del descanso y el equipo mejoró, aunque siempre muy expuesto a lo que hiciera Vinicius al contragolpe. Y fue mucho. Pocas veces se había visto a un lateral del potencial de Alexander-Arnold tan superado como ante él.

El gol de Salah le da un pequeño halo de esperanza. Es lo único positivo que se pueden echar a la boca los reds. Eso sí, al Liverpool le tocará protagonizar una de sus históricas remontadas y esta vez deberá hacerlo en un Anfield vacío, lo que sin duda le resta muchas opciones. Ni siquiera el tridente con el que conquistó Europa intimida como en su día. Mané es una sombra del que era, Salah sigue marcando pero su influencia cada vez es menor y Firmino ha perdido incluso el puesto ante Diogo Jota, un soplo de aire fresco esta temporada a pesar de haber sufrido una importante lesión. Un Liverpool en decadencia, no hay duda. Puede remontar en la vuelta, pero el proyecto de Klopp da síntomas de resquebrajamiento total.